Yo con la flotilla, tú a la plaza de casta

Nos prometieron una buena ira parlamentaria para resolver el patrón cacofónico del nuevo curso. Si atacaron hasta agosto debido a los incendios, fantaseamos, sería que se relajan en septiembre. De hecho, los gobernadores civiles de Sanchismo que llamaron a la televisión del movimiento juraron que el PP fue entregado hasta el momento de competir con Vox. No es que sea una acusación que sea demasiado original, pero sirvió para ver la sesión de control con una vaga esperanza en el programa.
Decepción. Me temo que el PP no regresó a la escuela con el llamado de Pendencia de que el gobierno de los cocchs y las sales atribuyen a los portavoces de la oposición. Antes del verano, dejamos a Don Alberto en la cima, con esa instantánea en contra de la biografía prostibular de Pedro Sánchezpero no regresó en el mismo registro. Tal vez porque las encuestas lo convencen de que no lo necesita. O tal vez porque a alguien le gusta FeijóoA pesar de los movimientos de Moncloa y sus escribas para la revisión del contorno de los oídos y la cola, nunca desarrollará el gusto por el perdón de la batalla inherente al palo de su oponente desde la época del Peugeot. O tal vez del instituto.
Por cierto, la cara de Pedro es la gran novedad de la temporada. Es una cara noble, pero bajo tanto plástico que golpea la misma jeta de feldespato ordinario. Lo que no entiendo es que le ordena a su estética ocultar el signo de los cables de suspenso. Si tuviera que rogarle que dejara la cicatriz a la vista, e incluso la decorara con un apego de Bajorrelieve Frankensteinian. Un crucia curativo que cruza su mejilla haría aún más miedo a los pepperos de lo que ya tienen, y también expresaría fielmente el oscuro secreto de su alma como un acoplador de Marsellés. Pero en lugar de exihibir lo que tiene dentro, insiste en esconderlo proyectando una sensibilidad humanitaria a Gaza que suena como un premio para la concordia de Orthorgado a alguien como Pedro Sánchez ÓScar Puente o la entrada repentina al seminario de José Luis Isbalos.
El presidente se bañó en una marmita de toallas para autoncrearse por la mañana. Parecer casi tan marrón como Bendodo. No se puede hacer un consejo para el banco PP: la oposición a la piel cocinada por el salitre a fuego lento. Es tan plausible como para una distribución de rollo de espectro de Tim Burton La interpretación de un sudor occidental de Leona. Era pálido, y nada más que eso, eso ayudó Félix bolámines a la prisa de Miguel Telllado y Cayetana Álvarez de Toledo. Si el argumento falla y usted es el agente de Álvaro García OrtizSolo tengo que usar el aspecto para inspirar ternura. Y parece que Don Félix proviene del mes de agosto que fue castigado por su jefe en las escobas del estado. Porque no sabían cómo poner a los malditos jueces en el medio.
La estrategia del gobierno era clara: en la mañana en el hemiciclo, la salud psicológica que roba los tribunales por la tarde. Se trataba de fingir ser tranquilidad y deliciosa comida en el día. Beatoño Declarado para eclipse ante el juez Peinado y la tarde en la que Yolanda se adaptaría a una nueva derrota legislativa. La sonrisa invencible de Doña YolandaEntre el automatismo y la inconsciencia pura, solo aparece al optimismo absurdo de ese máximo de Beckett: «Falla de nuevo. Fallo mejor». El hecho es que la cara modesta de Don Albares estropeó el guión de la falsa jovialidad preparada en el vestuario de fabricación de Pedro: el ministro de conflictos extranjeros entró en una intervención de huracanes, como un carácter corto de Ibáñez -entre Falda y Pepe Greenera-Hientras llega como jugador de la piscina en el asiento y el índice de Jupiterino contra nada menos que la etapa Carlos Floriano. Terrible duelo.
Gabriel Rufián Le preguntó al presidente qué pretendía hacer el resto de la legislatura. Esta es una buena pregunta. Pero todos sabemos la respuesta: mentir. Pedro yace como Himla -Hienna, el elefante barito, el perro Ladra y el cuerno de Kakacacea. Don Gabriel, mientras tanto, entretendrá el popular frente para sí mismo. Tu archienemiga NoguerasLo que en España es mucho más que ordenado, no preguntó esta vez. Ni Belarraque debería ser a bordo de la flotilla. Negativo en el compromiso antiionista, iones doña. Yo con la flotilla, supongo que Pedro. Y tu esposa a Plaza de Castilla, coros de la ciudad.