19 de mayo de 2025

Basta de músicos en los musicales: «Mienten al público. Tienen un señor que toca»

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Se proclama en himnos que Madrid es la tercera potencia mundial en musicales, por espectadores, nada menos que tres millones, facturación y turismo, pero las felicitaciones esconden una alarma: «La olla por fin va a explotar. «Esto no se refleja en absoluto en las circunstancias de los artistas». Sobre todo de los músicos: «Estamos al límite». Con una lista de agravios y abusos como para organizarse por primera vez en un Coordinadora de Músicos de Teatro Musical (CMTM). Ya cuentan con 250 miembros, a pesar de ser un gremio que nunca se movió de manera todo en uno.

Y querido espectador, una advertencia: hay musicales sin músicos. Sí, musicales sin músicos tocando en el foso. La propia patronal APTEM admite estar consciente de la anomalía. Stage Entertainment España, productora líder (una de cada tres entradas), señala que le «preocupa enormemente, porque se está engañando a sí mismo de una forma u otra», afirma. Yolanda Pérez, Director General de Prácticas. También es vicepresidenta de APTEM (Asociación de Productores y Teatros de Madrid).

«Somos los únicos trabajadores del sector que no tenemos un acuerdo laboral que nos regula y estamos a merced de las empresas», establece los daños básicos Gabriel Sterpein, Guitarrista con más de 30 años de experiencia y 14 en el género. Lo que se resume en pocas palabras es que ni siquiera tienen jornada mínima fija, escala salarial, antigüedad ni compensación específica por despido, bajas médicas o vacaciones ajustadas, lo que la «incertidumbre, la desprotección, el cansancio o la falta de continuidad no hacen No te multipliques y temas, porque si te quejas estás marcado para el futuro.

Y lo que, en detalle, significa que tienen que formarse y deducir de sus propios salarios el del músico sustituto; que tienen que utilizar sus propios instrumentos, que pueden costar «5.000-10.000 euros» y sin seguro, para pagar el mantenimiento; que hay ensayos que no se pagan; que encadenen el máximo de 9 funciones semanales, sin pausas reguladas, o que, querido espectador, su música sea grabada en directo, sin negociar la caja o incluso sin avisar, para luego volver a colocarla en espectáculo posteriormente, sin avisar al público ni bajar el precio.

«La mayoría de las veces no nos ven y hay una jugada muy sucia que se hace que es grabar presentaciones en vivo y luego salir de gira o temporadas con esa grabación», confirma. Aitor Antruejo, guitarrista con más de 14 años dedicados a la música y 5 en teatros. «Imagínese si el periodista tuviera que llevar su computadora de casa a la redacción. El de la luz no viene al teatro con su cañón de luz. Traje mi guitarra eléctrica, la acústica, la española… Y en cuestiones de salud laboral: tocamos en lugares húmedos, sin calefacción. «No puedes ponerme una silla de instituto para tocar ni a 10 centímetros del músico que tengo al lado ni desde una caída de 15 metros», protesta.

agregar Carlos Sánchez de Medinacon casi tres décadas como contrabajo y bajo eléctrico y 17 años en la industria: «Hay gente que dice ‘Este es un gran musical’, cuando Tienen un hombre que da jugar. Estás mintiendo al público.. Y si tienes dos músicos, les pagas un salario ridículo. «Ahorran mucho dinero vendiendo el programa como si fuera el mismo». Lo que, además, supone un declive de la especialidad. Broadway o Londres.

La Coordinadora ya cuenta con 250 miembros.

La Coordinadora ya cuenta con 250 miembros.bernardo diaz

«Ir a un musical con música grabada no es ir a un musical», afirma el director de Stage. «En muchos casos se hace y cada vez más. Madrid se ha convertido en una potencia, pero atrae a gente que piensa que va a ganar dinero con un musical y ahorrar con lo que no se puede ahorrar. No quieren hacer un musical de mucha calidad, sino aprovecharlo para ganar dinero.. Es muy triste.» Incluso con árbol, los apostadores se han multiplicado. “Muchos recién llegados aplican regulaciones que no existen. Pero otras empresas tratan bien a los músicos», afirma.

Con 25 años en la cartelera madrileña y líderes en butacas, Stage cuenta El rey León con 50 músicos contratados, todos con suplentes, y «por encima de lo que pagan los demás», afirma. Tienen un comité de empresa bien establecido.

Como empresario, garantiza que «los músicos son tan importantes como los actores o los técnicos», a la espera de que la Coordinadora se oficialice para reunirse. «Estamos muy dispuestos a hablar con ellos para que tengan ese acuerdo, y nos sentaremos a negociar», afirma. «Al estar en el limbo, es más fácil para empresas que no tienen las cosas muy claras o cuyos escrúpulos no son muy claros tenerlas en situaciones que no son las que se merecen». También valora que se trata de un personal «muy cualificado». En España, destaca, «tenemos muy buenos músicos y mejor que la mayoría de los países. Está claro que debemos cuidarlos.

Sin embargo, la práctica no coincide con la intención. Reunidos por GRAN MADRID en la Gran Vía, epicentro de la muestra, un nutrido grupo de la coordinadora describe la tendencia que viven como una situación de «estancamiento que lleva más de 10 años», anclado como «el agujero por el que pasa pueden salvar» y el «absolutamente peor valorado», pese a que su valor no puede ser asumido por ningún músico, por su «versatilidad, preparación y regularidad». Saxofonistas, flautistas, clarinetistas, bateristas, trompetistas… manejan diferentes instrumentos y estilos. “Hay musicales con una demanda musical muy alta. Si recién vienes de una banda de rock, no sabes cómo seguir a un director», explican. Detrás de él, títulos tan relevantes como West Side Story, Billy Elliot, El Rey León, Matilda, Malinche, Chicago, Grease, Los Productores, El Fantasma De La Ópera, El Libro De Mormón

Mientras que el resto de los artistas por el Convenio Teatral de la Comunidad de Madrid, simplemente les aplica el Estatuto General de los Trabajadores, e incluso el Acuerdo del Circo, en su caso, «roza el fraude legal o el SMI», afirma Carlos Sánchez de Medina. «Me da vergüenza salir de casa, despedirme de mi mujer, estar 6 horas en el teatro y volver a casa con 35 euros netos». Pues hay sueldos entre 50-80 euros brutos por día o por función.

De hecho, en 22 años “soportaron una pérdida de poder adquisitivo alrededor del 45%», según estimó el coordinador. «Las normas que teníamos hace 10 años ya no se aplican, las condiciones han cambiado». Sin calcular ese salario del sustituto que corre a cargo del propietario, no del presupuesto de las productoras. «Dicen que siempre fue así. Lo han integrado para que ni siquiera llame la atención. Genial», se queja Aitor Antruejo. «Y a veces te dan de baja de la Seguridad Social si tu sustituto se va», añade Gabriel Sterpein. Otro exceso que Yolanda Pérez no era consciente: «No es generalizado. Es importante no hablar del sector en su conjunto.

Pero armonía, basta de barreras -ver Los Miserables– a las oficinas, suena en una nota fundamental: «La mutilación de género va en contra de todos». La burbuja puede estallar si sus músicos no sobreviven.

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