El último revés para los pacientes de talidomida: el Gobierno veta la eliminación del IRPF a las ayudas

«Ahora todos somos el Tesoro. No nos engañemos». Éste es el famoso lema de 1978, cuando el Gobierno de Adolfo Suárez introdujo la Declaración del IRPF en la vida de los españoles. El IRPF vino a sustituir al Impuesto General sobre la Renta de la época franquista, que no era más que un pozo sin fondo de fraude. Ahora, 46 años después, la cita con el impuesto es una rutina anual que llega como flores, en primavera, incluso impresiona la ayuda que reciben las personas afectadas por la talidomida y que, de acuerdo con el real decreto 574/2023 del último mes de julio, subiendo a 12.000 euro por punto de grado de discapacidad.
El 4 de abril, el Partido Popular registró en el Senado un proyecto de ley para eximir de impuestos las asistencias prestadas a personas nacidas entre 1950 y 1985 afectadas por la talidomida con deformidades graves (acortamiento de extremidades o ausencia de sí mismos) en conjunto.
Veintiséis días después, el 30 de abril, el Secretario de Estado de Relaciones con los Tribunales y Asuntos Constitucionales, Rafael Simancas, respondió a la propuesta con un veto: «Se considera que la aprobación del proyecto de ley puede provocar una disminución de los ingresos presupuestarios en los Presupuestos Generales del Estado, por lo que el Gobierno no da su consentimiento a su tramitación en cuanto a lo que establecido en el artículo 134.6 de la Constitución». En términos sencillos: todos somos el Tesoro y también lo es la talidomida.
Según el Gobierno, la exención fiscal de la ayuda a los afectados por la talidomida supondrá un coste para las arcas públicas de 20.3millones de euros. Y aceptarlo significaría «una violación del principio de igualdad y generalidad que sólo debe aplicarse cuando existen razones suficientemente justificadas».
El Partido Popular no está de acuerdo con la decisión del Ejecutivo y, pese a su veto expreso, ha registrado un nuevo proyecto de ley idéntico al rechazado el pasado mes de abril con la única diferencia de que en este caso el coste de la exención fiscal a las ayudas se imputará a la siguientes Presupuestos del Estado, es decir, a los presentados, y en su caso, aprobados, para el año 2025. Fuentes populares advierten de que su intención es responder con nuevas altas de la iniciativa a cada veto del Gobierno «hasta superarlo».
El PP sostiene que la exención extrafiscal de la ayuda hace que ésta pierda en gran medida su razón de ser y añade que se trata, además, de una «discriminación manifiesta respecto de los afectados por otros daños, como los afectados por el VIH.» que están exentos de pagar impuestos sobre las ayudas recibidas. También señalan que en los países de nuestro entorno se han reconocido exenciones fiscales totales para los afectados.
La talidomida es un fármaco desarrollado originalmente por la empresa alemana Grünenthal GmbH que se comercializó sin receta en 1957 como sedante y aliviador de las náuseas frecuentes en las primeras etapas del embarazo. Una de las formas del compuesto tenía efectos teratogénicos y provocaba defectos de nacimiento irreversibles. España fue uno de los últimos países en retirar el fármaco, en 1963.