21 de marzo de 2025

La actriz Scarlett Johansson se plantea demandar a OpenAI por utilizar una voz muy similar a la de ella en su última inteligencia artificial

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Actualizado

Durante varios meses es posible habla con ChatGPT, conversaciones inteligencia artificial Abierto AI, simplemente usando la voz. La aplicación creada por la compañía para teléfonos móviles no sólo entiende perfectamente lo que pregunta el usuario, sino que además responde en voz alta. Te permite elegir entre varias voces sintéticas que suenan especialmente bien, especialmente en inglés.

Pero una de estas voces, Cielo, también suena muy familiar. Desde su lanzamiento, muchos usuarios han señalado lo mucho que se parece a la actriz. Scarlett Johansson en el papel de Samantha, la inteligencia artificial de la película Su. En esta película, estrenada en 2013, esta inteligencia artificial entabla una relación íntima con el protagonista, Theodore Twombly, interpretado por el actor Joaquin Phoenix.

La semana pasada, OpenAI presentó una nueva versión del modelo de lenguaje que habilita ChatGPT, GPT-4o, y nuevas características para la aplicación. Uno de ellos te permite cambiar la inflexión de estas voces sintéticas para darles más emoción. Si la voz de Sky ya se parecía a la de Johansson en la versión anterior, con estas nuevas opciones se vuelve casi idéntica. Gran parte de los comentarios en las redes sociales tras el anuncio resaltaron esto.

En un comunicado publicado ayer, Johansson afirma que Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, intentó convencerla de votar por ChatGPT en septiembre pasado y lo volvió a intentar hace unas semanas, antes del lanzamiento del nuevo modelo de lenguaje. «Por motivos personales, decidí rechazar la oferta», afirma la actriz, quien asegura que se sorprendió al descubrir que la voz elegida para ChatGPT fue finalmente prácticamente idéntico al tuyo a pesar de tu negativa.

«En un momento en el que nos enfrentamos a fenómenos como deepfakes «Y necesitamos más protección que nunca para nuestro trabajo y nuestra propia identidad, creo que son cuestiones que merecen una claridad absoluta», explica Johansson, que ha contratado a varios abogados para solicitar detalles sobre el origen de la voz y una demanda para estudiar en caso de que la suya fuera utilizado para entrenar el sistema.

OpenAI ha silenciado por el momento la voz de Sky, aunque la compañía asegura que no se trata de la voz de Johansson. En una extensa publicación que explica el proceso de creación de las cinco voces que ofrece en inglés, la compañía asegura que partieron de una colección de 400 muestras grabadas por diferentes actores de doblaje.

«Creemos que las voces de IA no deben imitar deliberadamente la voz distintiva de una persona famosa: la voz de Sky no es una imitación de Scarlett Johansson, sino que pertenece a una actriz profesional que usa su propia voz natural. Para proteger su privacidad, no podemos revelar la nombres de nuestros actores de doblaje», explican en la publicación.

Sin embargo, horas antes de la presentación del nuevo modelo de lenguaje, el propio Sam Altman publicó un breve mensaje en X, la red social antes conocida como Twitter, que sólo decía «ella».

en el objetivo

La acusación de Johansson no llegó a aparecer en el peor momento para OpenAIque afronta desde hace unos días una crisis de imagen debido a la disolución del equipo interno que hasta ahora se encargaba de vigilar que se mantuviera la marcha de la empresa. el espíritu ético con el que fue fundada.

OpenAI nació como una entidad sin ánimo de lucro para desarrollar lo que se conoce como Inteligencia Artificial General (una inteligencia artificial capaz de razonar como un ser humano), pero sin comprometer los intereses de un ser privado vinculado y alineado con la idea de beneficiando a la humanidad.

Con el tiempo, y bajo el liderazgo de Sam Altman, Abierto AI Se ha transformado en una empresa más convencional, aunque mantiene un margen de beneficio para sus inversores. Esta transformación no cayó bien a algunos de los miembros fundadores y fue una de las razones que llevaron al despido de Altman como director ejecutivo en noviembre del año pasado. Sin embargo, pocos días después del despido, la junta decidió dar marcha atrás.

A la salida de algunas de las figuras clave de la empresa que pertenecían a este equipo interno, como el ingeniero Ilya Sutskever, se suma la publicación de algunas de las condiciones que OpenAI impone a los trabajadores que deciden abandonar la empresa, entre ellas la Necesitamos firmar un contrato que les impida hablar negativamente sobre OpenAI. Si lo hacen, podrán perder todos los intereses adquiridos en la empresa durante su período de empleo.

La cláusula es tan dura que el propio Altman tuvo que salir al frente para explicar que este tipo de medidas no se aplicarán y que la compañía reescribirá los acuerdos que pide firmar a los trabajadores que decidan irse o sean despedidos de OpenAI.

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