Tres cosas que puedes hacer en tu vida diaria para perder grasa abdominal

Sería maravilloso si, como agente de movilidad, existiera en nuestro cuerpo un mecanismo que redirigirá la grasa a aquellas zonas de nuestra anatomía que más la necesitan. (todos tenemos en mente cuáles son esas ubicaciones…). El problema es que nuestro cuerpo no acumula reservas en función de la estética, sino que piensa en ‘otros términos’ más pragmáticos y al llegar a ‘una edad’ la capacidad de acción se limita entre otras cosas por nuestros malos hábitos.
de esa edad, a partir de los 40 años, en el caso de los hombres, y alrededor de los 50 años, en el caso de las mujeres (que coincide con el final de la edad fértil), el cuerpo comienza a producir acumulación de tejido graso en el abdomen como si no hubiera un mañana. Lo que algunos con cierta ternura llaman ‘tripa cervecera’ en realidad esconde algo que debería asustarnos mucho, la grasa visceral Es una gran amenaza para nuestra salud porque, como su nombre indica, cubre nuestro interior y puede causarnos muchos problemas, convirtiéndonos en un «objetivo» para hipertensión, diabetes, colesterol alto y enfermedad de las arterias coronarias (CAD).
Incomprensiblemente (o no), lo que nos preocupa no es que vayamos a enfermar, sino lo mal que nos hace sentir esa ‘natación gorda’ cuando nos ponemos el bañador. Así que, como cada año por estas fechas, tenemos la oportunidad de aprovechar el anzuelo de la «cirugía del bikini», para adelgazar y adoptar unos buenos hábitos que, además de ayúdanos a bajar el viaje (sin esperar milagros), nos vendrá genial para velar por nuestra salud.
¿Donde empezamos? Javier Fernández Ligero, farmacéutico y nutricionista, nos da tres consejos muy concretos para empezar.
Él primero: «Controlar los picos de glucemia (¡cuidado con este tema! Es decir, saber cuándo podemos añadir hidratos de carbono a nuestra dieta y cómo hacerlo». Y por supuesto, las galletas o las tostadas no son la mejor forma de empezar el día para no comer «Sí, ya Nos despertamos con niveles de glucosa alrededor de 90 o 100si recurrimos a los desayunos tradicionales, basados en a base de hidratos de rápida absorción (galletas, magdalenas, cereales, bebidas de chocolate…) y luego pasar la mañana en el coche y en la oficina, se activa aún más, lo que incita a nuestro páncreas a secretar insulina, lo que nos provocará un «baja azúcar en la sangre».
Es decir que «aquellos tan rápido subidón de energía Son el preludio de descensos vertiginosos. Y esa montaña rusa es la que nos impulsa a picar toda la mañana alimentos que en la mayoría de los casos sólo aumentan esos altibajos. «Pero a la larga, esta dependencia de los hidratos de carbono», «produce inflamación y por tanto acumulación de grasa en el cuerpo». barriga.»
¿Solución? Si no nos vamos a mover, es aconsejable».comer proteínas y «grasas buenas» en el desayuno,macronutriente que tarda mucho en digerirse y por lo tanto nos reportará un energía más duradera y sostenida a lo largo de la mañana (evitando, de este modo, las meriendas)».
¿De qué alimentos estamos hablando? «Bien huevos fritos, escalfados o revueltos, en el caso de las proteínas. O el salmón, el atún, las sardinas y los aguacates, en las ‘grasas buenas’, por poner algunos ejemplos». Si queremos reducir la proteína animal, podemos sentarnos un poco tofu firme lo que también nos ayudará a reducir la inflamación, especialmente a nivel de las articulaciones.
También podemos “algunos lácteos de calidad, como kéfir de oveja o de cabraque es un probiótico natural que además nos fortalecerá microbiota intestinal “que muchas veces se ve afectado por el estrés que sufrimos durante el día, acompañado de frutos secos o una onza de chocolate puro (siempre con un porcentaje de cacao superior al 85%)”.
¿Qué frutas serían las más recomendadas por su bajo índice glucémico? «El bayascomo los arándanos, las moras o las frambuesas, que además, gracias a su alto contenido en antioxidantes¿Nos van a beneficiar mucho en el perfil de enfoque cognitivo, que nos mejora? logro intelectual«. El piña y papayaAdemás de tener niveles más bajos de fructosa, “nos aportan unas enzimas llamadas papayas que, además de ser antiinflamatorias, favorecen la digestión”.
En segundo lugarFernández Ligero nos recomienda»caminar más de 10.000 pasos al día para ayudarnos a controlar esos picos de glucemia y, al aumentar nuestro ritmo cardíaco, también a movilizar esos depósitos de grasa.» Aquí podemos señalar tres ‘consejos’ muy útiles: caminar con el estómago vacío doble o triple y esos 10.000 pasos (o más, si es posible), podemos completado en varias tandas y, si añadimos, picos de alta intensidad para aumentar el ritmo cardíaco y potenciar el efecto ‘quemagrasas’, mucho mejor.
Y, en tercer lugar, no te olvides de el poder funciona. «Tenemos que hacer dos o tres sesiones de fuerza a la semana. El músculo, además de sostener huesos e intestinos, es un poderoso ‘horno metabólico’. Cuanta más masa muscular, más calorías quemaremos, incluso en reposo«.