8 de diciembre de 2024

Balance de tres semanas de acampada palestina: el pionero Valencia se rinde mientras los demás denuncian el «boicot» a las rectorías

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El pasado miércoles por la noche, mientras los estudiantes malagueños recibían una clase de danza palestina impartida por una compañera y los barceloneses repartían los deberes del día siguiente, los valencianos se encerraron en la Facultad de Filosofía de la universidad de la capital para bloquear el paso e impedir a profesores y otros estudiantes. . Lo hicieron porque su rectorado «cerró firmemente la puerta» a sus demandas, afirma la denuncia. Ignacio, un estudiante de Ciencias Políticas de 24 años que lleva tres semanas de acampada. Los jardines en los que el 29 de abril se celebró la primera 50 estudiantes de España desplegaron sus tiendas de campaña en señal de protesta, esta semana vieron un punto de inflexión en el ‘modus operandi’ de las movilizaciones estudiantiles por Palestina. Sin embargo, el episodio de presión duró poco: este viernes anunciaron el «cierre del espacio físico del campamento». «Pero la lucha continúa», concluyeron.

Encendieron la mecha de las concentraciones que se alcanzaron más de veinte días después 25 ciudades españolas. Pasaron el testigo a los vascos, que apenas una semana después instalaron sus tiendas de campaña en los campus de las tres provincias, al mismo tiempo que los de Navarra y Barcelona. Al día siguiente se sumarían los madrileños, que hoy constituyen la mayor concentración, que la 300 acampados. Granada, Alicante y Zaragoza continuaron el ejemplo, con decenas de alfombras extendidas en los jardines de sus campus, mientras concentraciones como las de Coruesa, Rioja o Canarias resisten el paso de los días pese a que apenas quince estudiantes de campamento.

Todos coinciden en que los rectores ejercen un «boicot activo» contra estas movilizaciones. «Nos ponen obstáculos logísticos para complicarnos la vida diaria aquí», señala. juan, un estudiante de programación de 29 años que se instala en un campamento en la Universidad de Málaga. Además de la declaración del Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE)en el que anunciaron que suspenderían los acuerdos con centros israelíes que no rechazan la violencia en la Franja de Gaza, la respuesta de estos representantes fue, según los estudiantes, «inadecuada».

La Universidad de Barcelona, ​​que más de campamento de 100 personas, es el que más se ha acercado a satisfacer las demandas de los estudiantes. El 8 de mayo, el Senado aprobó una moción de apoyo a Palestina, pero desde entonces los estudiantes señalan que las discusiones con el Rectorado «no fueron particularmente fructíferas». «Quieren aprobar medidas que no se corresponden con las estipuladas en la moción, que son más ligeras y menos transformadoras», explica. tony, 19 años y estudiante de Filosofía. Además, señala, le han dado un ultimátum: «Dicen que no van a aprobar nada hasta que no salgamos de aquí».

Aunque el paso de los días pesa y el inicio del periodo de exámenes dificulta la movilización, los cientos de estudiantes que permanecen acampados por toda España parecen acostumbrados a esta situación anormal, que ya entienden como rutinaria. Se turnan para volver a casa a descansar e intentar mantener un horario, explica Juan: «Cuando nos levantamos limpiamos y luego solemos aprovechar las mañanas para remover, para demostrar que no estamos aquí para divertirnos, sino para protesta.» Por la tarde organizan actividades culturales y en el último momento, tras celebrar una asamblea, cierran con «algún tipo de reparto como talleres sobre cultura palestina o meditación».

Aunque los campistas son casi en su totalidad estudiantes -de todas las nacionalidades y estudios-, los campus se han convertido en el corazón de estas protestas y atraen gente cada día. decenas de vecinos que vienen a mostrar su apoyo y solidaridad. «Los malagueños vienen a pasar tiempo con nosotros o a reponernos para que podamos descansar», admite Juan, a lo que Toni añade que muchos barceloneses les dan dinero para comprar comida. «Esta colecta, cuando todo termine, se destinará a la causa palestina», señala. Así, los cientos de estudiantes que tachan días en el calendario cada noche de acampada están dispuestos a seguir dando la cara para mantener el movimiento estudiantil como referente de la reivindicación pro palestina.

Más de 25 viajes de acampada en España

  • 29 de abril. Medio centenar de estudiantes acampan en la Universitat de València
  • 6 de mayo. La concentración arranca en la Universidad de Barcelona, ​​que alcanzará el centenar de campistas. También las del País Vasco, en Leioa (Vizcaya), Ibaeta (Donosti) y Vitoria, y las de Navarra.
  • Mayo 7. Estudiantes de todas las universidades madrileñas acampan en los jardines de la Universidad Complutense de Madrid. Esta será la concentración más grande, con hasta 300 personas que pasarán la noche.
  • Del 8 al 10 de mayo. A los campamentos se suman estudiantes de Alicante, La Coruña, Granada, Málaga y Zaragoza.
  • Del 13 al 17 de mayo. Los alumnos de Castellón, Sevilla, Jan, La Rioja, Lrida, Salamanca, Ciudad Real, Murcia, Las Palmas, Tenerife, Palma y Cantabria son los últimos en iniciar sus acampadas.

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