«Era como si Dios hubiera venido a vernos»: relato de la visita de Andy Warhol a Madrid contado por los líderes de la Movida
Andy Warholel excéntrico rey del arte muñeca, era un coleccionista compulsivo. En su despacho coleccionaba obras, objetos y regalos que adquiría a través de subastas, mercadillos o excursiones. Cuando en La fábrica, el estudio de arte que fundó en Nueva York, vio asfixiante el repertorio de etiquetas y decidió comprar cajas de cartón. Todo lo que el artista coleccionó fue empacado cada 15 días. Las más de 600 cajas que coleccionó, sus cápsulas del tiempo, se encuentran en el Museo Andy Warhol de Pittsburgh (EE.UU). Esta institución ha prestado a España la que recoge los recuerdos de ella visita a Madrid en 1983.
Él Museo Lázaro Galdiano y el Colección Suol Soler organizar la exposición juntos Enemigos de Warhol, Cita en Madrid que se inaugura oficialmente el 17 de mayo y estará disponible al público hasta el 21 de julio. La exposición que presentó la cantante este jueves Alaskael fotógrafo Christopher Makos y el galerista Rodrigo Nava-Osorio Enemigosrecuerda a aquella visita del artista americano en pleno escena madrileña y rinde homenaje a su relación con Fernando Enemigospara cuya galería de arte creé ad hoc La exibición Pistolas, cuchillos y cruces..
La inauguración de esta exposición en 1983 superó con creces todas las expectativas: decidieron cobrar 100 pesetas por la entrada y sólo publicaron 2.000 porque no pensaban que las venderían todas. Terminaron vendiendo 12.000, explica Nava-Osorio, hijo del histórico galerista y comisario de la exposición. Alaska sin embargo, especifica que Esta no era una época en la que Warhol fuera considerado. En aquella época tenía más peso la producción de los años 50, el arte abstracto. Pero Warhol era una obra de arte en sí mismo: no tenía miedo del marketing, ni de vender su obra ni su personaje, afirma el cantante.
Los archivos de aquella época, que necesariamente contagian a quienes no la vivieron de una cierta nostalgia por lo desconocido, ofrecen una visión particular de aquel acontecimiento. La visita no estuvo bien contada, dice Alaska. La televisión y los medios lo consideraron en su momento Unas payasadas de acólitos ante un ídolo vacío.. Sobre la fiesta que se hizo en casa de March: que estuvo Pitita, que estuvo Ana Obregón… Para los que estábamos en ese mismo mundo, subterráneoEra como si Dios hubiera venido a vernos.él añade.
Enemigos Fue un disruptor, la vanguardia del movimiento social más importante de la capital ocurrido en los inolvidables años ochenta. Viviendo entre Nueva York y Madrid durante gran parte de la década anterior, conectó el arte de la Gran Manzana con una escena creativa embrionaria en Madrid. En 1981 inauguró la galería que llevaría su nombre: por fuera era un sucio garaje subterráneo, explica Nava-Osorio, hijo del galerista. En el interior, la galería era un espejismo: un espacio blanco, gigante, con aire de jaula Nueva York donde estaban todas las obras expuestas. eso fue lo mas subterráneo En ese tiempo. No había ninguna señal: era Uno de esos lugares a los que sólo puedes llegar si sabes a dónde vas..
El galerista tiene una estrecha relación con Warhol comprar algunas de sus obras para Colección Suol Soler. Entre ellos, en 1976 contaba con un pintura mao que forma parte de una serigrafía de diez partes y que ver la luz por primera vez en el Lázaro Galdiano. Mao fue el dictador más famoso, en Estados Unidos todo le tenía miedo, explica el comisario. A pesar de la fiebre anticomunista que padeció su país natal, Warhol Quería convertirlo en una superestrella, en un producto banal y transversal con apariencia de celebridad. es algo muy muñeca. Y mucho Warhol.
El vínculo entre el galerista y Andy Warhol dio lugar a la puesta en marcha de una exposición expresamente para la Galería Fernando Vijande. De cara a su inauguración, el futuro artista invitó a Vijande a La fábricaen Nueva York, para pintar su retrato, ahora expuesto junto a un retrato romántico bajo las molduras ornamentales y barrocas del museo situado al borde de la calle Serrano.
El exposición de Lázaro Galdiano, cita Warhol-Vijande en Madrid Tiene todo lo que tiene Madrid en el Mover: la energía que se fusiona entre lo clásico y lo vanguardista. La combinación de las obras que ambos coleccionistas apreciaban, Suel Soler y Lázaro Galdiano, son dos maneras de entender el arte que nada tienen que ver entre sí. El escenario es variado, pero también inspirador. Por este motivo, también ofrece la serie de fotografías. Imágenes alteradas (Imágenes modificadas) Christopher Makosque representa Warhol como una mujer. Lamento no haberlo vestido así. Es una serie muy contemporánea, que encajaría, afirma el fotógrafo, aprendiz de Hombre rayo. Makos acompañó a Warhol en su visita a la capital cuando Madrid era una fiesta descontrolada y una fábrica de arte con esteroides, concluye.