30 años de abandono político de la red de Cercanas: 15 veces más pasajeros con 16 veces menos inversión que la alta velocidad
Invadir una vía de tren, aunque sea a pocos metros de la estación, o tirar del freno de emergencia para abrir las puertas del vagón sin más motivo que el de bajarse es una temeridad. Esta idea, unida a las molestias que causan a miles de personas las incidencias en los servicios de Cercanas, es lo único que hoy las administraciones responsables pueden aceptar en común que estos trenes que circulan más de 500 millones de viajeros
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