18 de enero de 2025
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Ocurrió en 2021 y vuelve a suceder tres años después. Los pactos para PSC marca el ecuador de la campaña electoral catalana, como se vio en la primera debate televisado, anoche en RTVE. Pero con cambio de mesas. Si fue el cordón sanitario que firmaron Izquierda Republicana, Juntos por Cataluña y el TAZA para vetar cualquier pacto de gobierno con los socialistas, ahora el quid está en qué partido puede facilitar la ocupación o asociarse con Salvador Illafavorito hasta ahora en todas las encuestas, tras las elecciones regionales de 12 de mayo.

Las declaraciones realizadas horas antes por el primer secretario y jefe de lista de SDK en los micrófonos de la Ser, donde abrió las puertas también JxCat «una Gestión amplia y transversal», ya ha subido varios tejados como una pelota durante la jornada [los mtines de cada partido] hasta finalmente en la reunión, en el escenario de los estudios de Sant Cugat del Valls, entre los ocho candidatos de las fuerzas políticas representadas en el Parlamento.

Hasta ahora, la demoscopia cuenta con un podio claro, una terna de actores al mando, con un PSC pole position y perseguido por Junts y ERC. El proverbio español señala que «dos son compañía y tres son multitud» y, a falta de conocer el orden final, el reparto de escaños y la aritmética parlamentaria con posibilidades, neoconvergente y los republicanos están inmersos en insinuaciones sobre quién tiene más probabilidades de ir de la mano de Illa.

En el primero de los tres debates televisados ​​(el lunes repiten en La Sexta y el martes en TV3) JxCat volvió a negar cualquier alianza postelectoral con los socialistas. «No haremos un acuerdo con el PSC, no haremos presidente a Illa», afirmó el ex consejero Josep Rull [nmero tres de la lista encabezada por Carles Puigdemont] Incluso darle al primer secretario del PSC el virtual ganador.

El Real presidente y Esquerra candidato a la reelección, peras de aragónapoya la idea de “la sociovergencia«, el acuerdo entre el PSC y Junts, al que el propio Puigdemont [que no participa en ningn debate de la campaa debido a la orden de detencin nacional que pesa sobre l] reacciona alertando de «un nuevo tripartito» en el Palau de la Generalitat, con PSC, ERC y Agregar general en el papel que desempeñó icv en la coalición de hace dos décadas.

Tripartito

La negativa de Junts, que también verbalizó Puigdemont horas antes, y el ofrecimiento del general de Jessica Albiach reeditar esa alianza de izquierdas, como la de los estadios presididos por los socialistas Pasqual Maragall y José Montilla, fueron las únicas cartas levantadas de la mesa en el debate. Illa, que muestra un perfil ganador, se limitó a decir que se comprometió con la inversión y retó a sus dos hipotéticos perseguidores inmediatos a aceptar las consecuencias de liderar un bloqueo parlamentario que podría terminar con la convocatoria de los ciudadanos catalanes a las urnas.

El candidato socialista, viste traje presidencial en el debate en pectorales al concentrar más interpelaciones que el propio Aragons, es consciente de que el No de PÁGINAS y vozreiteró ayer, necesita ser compensado por una fórmula en la que uno de los partidos independentistas facilite su elección si el ganador 12-M.

Al mediodía, el secretario general republicano, Marta RoviraDijo que no serían «la muleta» del proyecto de Illa, pero durante el debate Aragón evitó firmar contratos de futuros e insistió en que su partido basaría sus alianzas en tres pilares: referéndum de autodeterminación vinculante, un sistema de «financiación única», como pacto fiscal a los vascosy reforzar el Estado de bienestar y la lengua catalana, para lo que quiere crear un asesor específico en el Gobierno.

ERC se esfuerza por hablar de políticas de servicios públicos en esta campaña, inspirada por sus socios BNG y EH Bildu, con claros buenos resultados en las urnas en las elecciones gallegas de febrero y en las vascas de hace menos de dos semanas. Eso sí, con un retroceso en esta táctica respecto a sus aliados en Galicia y Euskadi: ser el partido que gobierna, que atrae la suma del resto de fuerzas a la hora de la condena inequívoca del «mal gobierno» en la última legisladora. .

El consejo del tratado.

El debate moderado por periodistas Gemma Nierga y Xabier Fortes, mucho más tranquilos que los de épocas anteriores, concluyó con propuestas programáticas más que familiares, en la línea de la permanente campaña electoral no oficial que vive la política catalana desde hace años. A las puertas de la última semana de debates y entrevistas a menudo claves, el único atisbo de nuevo potencial reside en el posible pacto postelectoral. El guión de anoche no cambió las certezas previas.

Illa ofreció un «amplio frente transversal» del que sólo quedaron excluidos Vox y el partido independentista de extrema derecha. aliana catalán, a quien algunas encuestas ofrecen posibilidades de acceder al Parlamento. Rull pidió «reelaborar la unidad del independentismo», mientras que la CUP con un discurso de Laia Estrada Más pragmático que el de Junts y ERC en varios momentos, también pidió recuperar el consenso soberanista de 2015, pero necesariamente vinculado a una «agenda social». Albiach, por su parte, descartó entrar en un Gobierno en el que el neoconvergente siendo “la base de Convergencia» y «los que aplicaron los recortes» en la última década.

Por otro lado, Fernández, con una solvencia que recuerda a los debates de 2021, aseguró que el PP no pactará «con nadie que pretenda seguir rompiendo el pacto constitucional», una postura idéntica a la de Vox y Ciudadanos pronunciada por Ignacio Garriga y un Carlos Carrizosa luchando contra viento y marea, con los últimos cartuchos disponibles, para evitar que desaparezca de la Cámara Catalana, una misión que todos los sondeos consideran imposible.

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