La Sepi contrata un escudo criminal en medio de la ofensiva de Moncloa en las empresas del Ibex
Ya son 1.000 millones de euros los que Hacienda ha inyectado a la Sociedad Estatal de Participación Industrial (Sepi) para financiar la opa del 10% de Telefónica. La operación, posiblemente la intervención más ambiciosa (y más cara) del Gobierno en el Ibex 35, es también el ejemplo más claro del interés del Ejecutivo por los accionistas incondicionales lideran en grandes referentes del selectivo español. Indra, Naturgy o Talgo también están en la órbita de Pedro Sánchez. En su empeño, Moncloa planteó la holding dependiente industrialmente del Tesoro, al que eleva como su brazo armado en esta estrategia.
Para ese viaje necesitas alforjas legítimas. Sepi contrató los servicios de la cuatro grandes PwC para fortalece tu sistema cumplimiento, cuya traducción literal es cumplimiento normativo. Se trata de un blindaje externo sin precedentes para el holding público, que intensificar la prevención de posibles conducta irregular o ilegal que pueden ser realizados por profesionales de la Sepi dentro de la organización.
Refuerzo con asesores externos de la cumplimiento Esta es una práctica muy común en las grandes empresas. No para la Sepi, que hasta ahora ha utilizado medios internos, según confirman a desde la sociedad pública. Finalmente, el cumplimiento Busca proteger a las empresas, para evitar que sean declaradas penalmente responsables ante los tribunales por posibles y presuntos casos de mala praxis derivados de sus actividades. La firma de PwC, el pasado mes de abril, coincide con el momento de mayor activismo empresarial por parte del Gobierno.
La verdad es El mapa de riesgos de la Sepi ha crecido exponencialmente en cuestión de tres años, en el que el poder de decisión del organismo que preside Belén Gualda superó a sus tradicionales empresas satélites (Navantia, Enags, Redeia o Correos). Por un lado, aumentando el control del Gobierno sobre algunas de estas inversiones históricas (Indra). Por otro, extendiendo su influencia a nuevas empresas que emergieron como punta de lanza de una renovada política industrial impulsada por la Moncloa.
En primer lugar, por el fondo de apoyo a la solvencia de empresas estratégicas dotado por el Gobierno con 10.000 millones de euros, que propició la holding implementar mecanismos de control sobre algunas de las empresas que se salvaron durante la pandemia, así como intervenir en su gestión incorporándose a sus directorios, como ocurrió con Duro Felguera y Aire Europa.
Más recientemente, a raíz del esfuerzo del Gobierno por reactivar el grupo industrial como su principal brazo inversor en las grandes empresas del selectivo español. La ‘operación Telefónica’ indica que el Estado controlará el 10% del capital de la empresa a través de la Sepi, su primer accionista. Esto le dará derecho a nombrar al menos un asesor. Al mismo tiempo, la empresa pública cedió su control sobre Indra, donde posee el 27% del capital, al adquirir a Marc Murtra, presidente de la compañía y hombre fuerte del Gobierno en el gigante de la defensa. poderes ejecutivos.
Otras dos empresas aparecen ahora en el monitor de la Moncloa. El primero es el fabricante de trenes Talgo, sobre el que la húngara Magyar Vagon lanzó una opa que el Gobierno rechazó. La segunda es Naturgy, la energética que gestiona la llave del gas natural argelino para España, cuya compra conjunta está negociando el emirato. Taqá y el catalán CriteriosCaixa. En ambas transacciones el Estado, y por ende la Sepi, juega un papel protagónico. En ninguno de ellos se cierra la puerta a la intervención directa del holding público.
Más responsabilidad jurídica
El fichaje de PwC como asesor de cumplimiento supone un paso más en una estrategia de ejecución hipotecaria que comenzó en 2023, cuando la Sepi convocó a un proceso selectivo para contratar a su primer director de cumplimiento. Con una retribución bruta de casi 83.000 euros anuales, más un incentivo de hasta el 20% de la retribución fija, el puesto tenía asignadas funciones clave. Desde el diseño de una política cumplimiento que cubre todos los riesgos regulatorios que la holdinga la coordinación en este ámbito de todas las empresas del grupo Sepi.
Esta dirección cae bajo el paraguas de la Secretaría del Consejo y Dirección de Asuntos Jurídicos, que desde 2021 está dirigida por J.avier morales abad, procurador jefe de la Sepi. Morales aterrizó en el brazo inversor del Tesoro en un momento complejo para la institución, cuando la polémica surgida por el rescate de la aerolínea Plus Ultra sumió en crisis a la entidad. parálisis operatoria aguda lo que impidió la puesta en marcha del citado fondo de 10.000 millones, en parte y precisamente por el temor de sus técnicos a una ola de litigios.
Para garantizar el cumplimiento de las condiciones en las que se otorgaron los rescates, la Sepi creó una comisión de seguimiento para cada operación, integrada por representantes de la empresa beneficiaria y de la entidad pública. Todo esto propició un aumento en las habilidades de los equipos del holding estado y en consecuencia un aumento de los riesgos, incluidos los legales. En la cúpula de la Sepi no ignoran que a mayor poder, mayor responsabilidad penal.