Champions: La leyenda indomable del Bayern cumple 50 años: «Se vio obligado a triunfar en la Copa de Europa» | Liga de Campeones 2023
El próximo 15 de mayo se cumplirán 50 años del objetivo con el que Hans-Georg Schwarzenbeck Frustró, en el último minuto de la prórroga, la primera Copa de Europa del Atlético de Madrid. Sin embargo, ese disparo desde casi 30 metros no supondrá ningún cambio significativo para el nariguido Katsche, un tipo humilde, cálido y servicial, acostumbrado a vivir bajo el paraguas de. Franz Beckenbauer y sep maier, con el que ganó un Mundial, una Eurocopa, tres Copas de Europa y cinco Bundesligas. En 1980, unos meses después de que una rotura del tendón de Aquiles le obligara a colgar las botas, Schwarzenbeck se hizo cargo del pequeño quiosco que sus tías habían regentado durante décadas en la Ohlmllerstrasse de Múnich. El negocio ha ido bien, pero podría ser mejor. El Bayern, que le negó el acceso a cualquier puesto técnico, designó al héroe de Heysel como su proveedor para los trámites. Así que nadie puede discutir que la primera Copa de Europa del gigante bávaro, el yunque donde forjó su leyenda indomable, valió su peso en periódicos, bolígrafos, revistas y cuadernos.
Pese al enorme talento de aquel equipo, la suerte del club en los años 70 podría haber sido muy distinta si se hubiera perdido aquella final, explica a . Ulrico Hesseautor de Bayern: crear un superclub global (Yellow Jersey, 2016), uno de los más claros y completos sobre su centenaria historia. Una historia que no sólo las hazañas de Uli Honess, Gerd Müller, Karl-Heinz Rummenigge, Pablo Breitner, Lothar Mathus, Jürgen Klinnsmann o Philipp Lahmsino que aborda algunos capítulos que son casi desconocidos fuera de Alemania.
Durante esa década dorada, el Bayern jugaba constantemente partidos amistosos con fines de recaudación de fondos. Por supuesto, tuvo suerte de que Múnich acogiera los Juegos de 1972, lo que le abrió las puertas de un estadio muy grande a la taquilla. Sin embargo, el Olímpico sólo estuvo lleno durante los partidos de la Copa de Europa, por lo que podemos decir que el equipo se vio obligado a triunfar en el torneo más difícil, explica Hesse.
Para pagar la nómina
Desde su fundación en el Café Gisela de la Frstenstrasse el 27 de febrero de 1900, la mera supervivencia ha sido una prioridad constante para el Bayern. Acosado por el regionalismo bávaro, la profesionalización tardía o el terror nazi, estuvo expuesto a altibajos que duraron hasta 2003, la última vez que descendió a la Liga de Campeones. Había que calificar para pagar la nómina, así que cuando te quedaron afuera se desató una crisis que casi destruye el club, dice el editor de la revista. 11 amigos.
Aunque cuando hablamos de supervivencia nadie está tan legitimado como Hoeness. El 17 de febrero de 1982, el entrenador del Bayern se salvó por poco de la muerte tras un accidente de avioneta en el que murieron sus tres compañeros. Quienes mejor lo conocen aseguran que el egoísta murió por dentro. Desde entonces, bajo su mando, el Bayern se ha convertido en lo que Dietrich Schulze-Marmeling se clasifica como un organización de bienestarentrar en Hesse ¡Thor! La historia del fútbol alemán. (Libros WSC, 2003).
Cuando Marcos Babbel Me fui en el año 2000 rumbo a Liverpool, sabía que nunca hablaría mal de Hoeness. Entre los mejores clubes de Europa, el Bayern es el más humano, afirmó el central. No sólo organizó decenas de partidos amistosos con fines benéficos, sino que también tomó el control Lars Lunde o Alan McInallyno apto para el fútbol, o Mehmet Schollseveramente deprimido.
El presidente judío
Cuándo y dónde germinó esta grandeza. ¿Quién creó este Bayern tan alejado de los tópicos? Hesse señala la figura de Kurt Landauer. Siempre pensé en grande. Estaba muy orgulloso de ser bávaro, pero al mismo tiempo era muy cosmopolita y ambicioso. Una receta para el éxito que continúa hasta el día de hoy. Bajo su dirección, el Bayern dominó durante la década de 1930, aunque su papel se volvió aún más importante después de la Segunda Guerra Mundial. Pese a ser judío, regresó a Múnich para ocupar la presidencia, lo que envió un mensaje muy potente y aseguró las buenas relaciones del club con las nuevas autoridades, abandona Hesse en declaraciones a este diario.
Las controversias en torno a la connivencia del Bayern con el Tercer Reich, bajo el gobierno de Sigfrido Hermann, llega hasta el día de hoy. Mientras el club intentaba eliminar cualquier rastro de aquel periodo (1933-1945), una investigación de Markwart Herzog, que cuestionó la versión oficial en 2016, removió aún más las conciencias. Los líderes nazis recurrieron al TSV 1860 München, el equipo con el que Beckenbauer soñaba dos décadas después y que hoy deambula por la Dritte Liga, la tercera división de Alemania.
Uno de los mitos más injustos sobre el Bayern es el que sugiere que los muniqueses apoyan a 1860 más y que los aficionados del Bayern se apuntan al calor del éxito. En este sentido, me gustaría mencionar que el ultragrupo principal, Schickeria München, muy conocedor y dedicado, también es muy crítico con algunas decisiones del club, analiza Hesse.
Los 124 años del Bayern no se basan sólo en las aportaciones extranjeras de Richard Kohn, Giovanni Trapattoni, Luis van Gaal o pep guardiolapero en sus héroes anónimos, como Franz Roth, Klaus Augenthaler, Francisco Juan o Soren Lerby. Y ninguna rivalidad tan terrible como contra el Real Madrid. Desde las semifinales de la Copa de Europa de 1976, la paridad es de 12 victorias para los bávaros, tres empates, 11 derrotas, 41 goles a favor y 39 en contra.
La historia de amor del Bayern con la Copa de Europa continuó incluso después de las memorables debacles de 1987, 1999 o 2012, cuando perdieron ante Porto, Manchester United y Chelsea. Tres finales que cuestionan el mito de su felicidad (Baviera-Dussel). Aunque la autoridad con la que aborda los momentos decisivos parece estar incrustada en su escudo y su lema: Mía San Mía. Es una expresión bávara de orgullo y confianza, bastante común, para nada exclusiva del club. Su significado literal es «somos quienes somos», aunque una simple traducción nunca lo explicará del todo, concluye Hesse.