La reapertura de la mina de Aznalcállar incluye la depuración de 17.500 millones de litros de agua contaminada de los desmontes y su vertido al Guadalquivir
La reapertura de la mina. Aznalcállar, que en 1998 fue responsable de la mayor catástrofe medioambiental sufrida en Andalucía, se ha convertido en una carrera de obstáculos que parece no tener fin. El último obstáculo en el camino proviene de varios grupos conservacionistas como Paz verde o Ecologistas en acciónque proponía detener el vertido al río Guadalquivir de al menos 17,5 millones de metros cúbicos de agua tóxica derivados de los atajos mineros de Aznalcállar, a pesar de que tanto la Junta de Andalucía como la empresa Minera Los Frailes (MLF) Explicaron que el agua será tratada previamente en una nueva planta potabilizadora «de última generación».
Los ambientalistas se preguntan si la purga será tan efectiva como se anuncia. Y aseguran que, incluso si realmente se produjera una filtración eficaz, el volumen de metales pesados que se acumulan en el río provocará un nuevo desastre medioambiental, que comparan con el ocurrido hace 26 años tras la rotura del embalse. Residuos de Aznalcállar. Luego se vertieron incontrolablemente en la cuenca del río 6 hectáreas cúbicas de agua y lodos altamente tóxicos. Río Guadiamar.
El proyecto de reapertura de la mina, donde se espera que la actividad se recupere pronto, incluye la construcción de Un oleoducto de 30 kilómetros que saldrá y llegará a las instalaciones de Aznalcllar Santiponce (a la altura del Estadio de la Cartuja de Sevilla), tras atravesar los distritos de Sanlúcar La Mayor, Valencina, Olivares y Salteras. La intención de la empresa Minera Los Frailes es transportar el agua tóxica (previa depuración) de los dos cortes mineros (el hueco que dejan las minas a cielo abierto) desde Aznalcállar (previa depuración) hasta ese punto del río Guadalquivir (A falta de Aznalcllar y a falta de Los Frailes). En la Corta de Aznalcállar, todos los lodos tóxicos acumulados durante las limpiezas realizadas en la cuenca del Guadiamar tras la catástrofe de 1998. Algo más limpio Sin embargo, está el agua acumulada por filtraciones y lluvias en la Corta de Los Frailes, aunque también registra altas concentraciones de metales pesados que deberán ser tratados antes de ser vertidos al Guadalquivir.
Durante una reunión informativa celebrada el pasado miércoles en el Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevillaen el que participaron varios expertos y representantes de Ecologistas, Acción y Greenpeace, explicaron cómo sería el vertido inicial al río Guadalquivir 17.520 millones de litros en los primeros 18 meses de funcionamiento de las minas, de los cuales 15.000 millones de litros procedieron del vaciado de la Corta de Los Frailes y 2.250 millones de litros del vaciado de la Corta de Aznalcállar. Pero después está previsto que se viertan al Guadalquivir otros 4.000 millones de litros anuales durante los 17 años de explotación de la mina.
A pesar de la purificación anunciada, el agua contiene altas concentraciones de metales pesados - advierten Isidoro Albarreal (Ecólogos en Acción)- que «contaminará la ría del Guadalquivir hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, a las puertas de donna“En este tramo del río, recordemos, se sitúan las tomas de riego de los arrozales y se levanta el braai del Golfo de Cádiz.
Además, este vertido se suma a lo que ya ha autorizado la minera. Cobre Las Cruces, con un volumen previsto de 2,340 millones de litros al año durante 14 años, es decir, un total de 32,760 millones de litros de vertidos «igualmente tóxicos». Ecologistas en Acción y Greenpeace han convocado a la movilización para «frenar el vertido» y han convocado una primera manifestación este jueves en Sevilla con ese fin.
«Una instalación de tratamiento avanzado»
Sin embargo, la empresa MLF garantiza la fiabilidad y eficiencia del proceso. En nota enviada a los medios de comunicación, el director de operaciones de Minera Los Frailes, Miguel Ángel GonzálezAseguró que la reactivación de la explotación incluía una inversión adicional de 100 millones para crear un «Planta de tratamiento de agua de última generación.«, que supondrá una solución «completa y definitiva» a todos los problemas medioambientales que existen en el complejo minero abandonado desde hace 26 años.
La explotación de Aznalcállar será «plenamente respetuosa y compatible con el mantenimiento de la calidad del agua del Guadalquivir, y no comprometerá ninguna de las actividades que se desarrollan en el entorno de su cauce, según se ha confirmado en un proceso de tramitación medioambiental». largo y minucioso», añade.
Además, precisa que la futura operación cumple «estrictamente» la normativa europea sobre calidad ambiental de las aguas superficiales, «uno de los más exigentes d», y son sometidos a medidas de control adicionales que fortalecen las garantías de respeto integral al medio ambiente, tal como ocurrió con el Informe de Admisibilidad emitido por el Secretario General del Agua del gobierno andaluz».
Los Frailes sostiene que el enviado que transporte agua desde Aznalcállar al Guadalquivir «será monitorizado permanentemente para garantizar la calidad del agua». Además, se ha diseñado un plan de vigilancia independiente para la empresa, “en el que un laboratorio acreditado tomar muestras diarias de la calidad del agua tratada y el entorno de recepción», informa a la administración y confirma de forma continua y en tiempo real el cumplimiento de los estándares establecidos.
Riesgo de desbordamiento
Por su parte, el Gerente de Geología de Minera Los Frailes, Enrique Olivas, Quienes participaron en la reunión informativa celebrada en la Universidad de Sevilla, advirtieron de que el problema medioambiental generado por la acumulación de aguas tóxicas en los dos cortes de Aznalcállar no desaparecerá si no se reanudan las actividades industriales. De hecho, afirma que uno de esos agujeros mineros desbordamiento en un plazo no superior a siete años si no se toma ninguna medida. Y con el segundo pasará lo mismo, dentro de un plazo de 10 o 14 años, ya que el agua de lluvia sigue entrando y el volumen de agua embalsada no ha dejado de crecer. La Junta de Andalucía fue la encargada de la depuración y vertido controlado de esta agua al río Agrio. hasta 2014, fecha en la que decidió reexplotar las minas e inició el proceso de tasación el cual falló a favor de Minera Los Frailes, propiedad de la empresa. Grupo México. Estas tareas de limpieza y mantenimiento de las desguaces de Aznalcállar cuestan al Ayuntamiento entre 4 y 5 millones de euros anuales.
MLF asegura que su proyecto minero está diseñado para «generar la menor huella hídrica posible, valorizar el agua pasiva para el consumo en el proceso metalúrgico» y eliminar la existencia de lagunas de sedimentos «al utilizarlas en el relleno del interior de la mina y la restauración del salto de Aznalcállar.
La audiencia por irregularidades en la adjudicación se realizará en 2025
El juicio por las irregularidades detectadas en la adjudicación de la explotación de la mina de Aznalcállar por parte del gobierno socialista de la Junta está previsto para marzo de 2025 y llevará a juicio a 16 imputados, entre ellos varios ex altos cargos y funcionarios del Consejo, como el quien fue secretario de Industria y auditor general del Consejo, Vicente Fernández -que también fue presidente de la SEPI junto a Pedro Sánchez- o el exdirector general de Minas -y exviceministro de Empleo-, María José Asensio, así como varios jefes de servicios y empleados públicos que participaron en la evaluación de los proyectos y en la adjudicación del concurso internacional. Los hermanos también se encuentran entre los acusados. Mario e Isidro López Magdalenopresidente y vicepresidente de la empresa cordobesa magtel. Magtel posee el 2.69% de Minera Los Frailes, siendo Grupo México, con el 97.31%, el accionista mayoritario.