9 de diciembre de 2024
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El primer objetivo del PP era crecer en las elecciones vascas. Tanto en votos como en escaños. Anoche puso ese esfuerzo en su haber. Y respiró aliviado, pero nada más. Sin tocar campanas, ni mucho menos. Por el contrario, en algunos de los principales centros de poder del partido quedó un regusto agridulce, como de mejoría incompleta.

Sobre todo porque los resultados de Vox y el PSE-EE demuestran que había margen para que el PP vasco luchara por mejores resultados si ofreciera un discurso alternativo al nacionalismo de una forma más clara. En retrospectiva, siempre es más fácil hacer diagnósticos, pero no es así: algunos barones ya han expresado en privado su sorpresa ante la estrategia de no pisar el acelerador contra Bildu.

voto bajoadmitieron que estaban impactados por la campaña plana y no ideológica del popular Vasco. Sobre todo, porque dejó el terreno libre para que entrara Vox lavar. Y les sorprendió que el miedo al voto útil del PNV se apoderara del PP vasco en un momento en el que la campaña de repente jugaba en su terreno más favorable, después de que el candidato de Bildu, Pello Otxandiano, se negara a aceptar que ETA fuera calificada como terrorista. grupo.

Consultados por este diario con el destino de la investigación ya echado, varios barones de los gobiernos autonómicos coinciden en dos ideas. La primera, que las elecciones vascas fueron la meta volante de los niños catalanes -sobre todo- y de los europeos. «Esto es un Estadio“Como la pretemporada de las dos grandes ligas por delante compara a un presidente popular.

Lo segundo y más importante es que, a pesar de que Javier de Andrés consiguió frenar la sangría de cinco elecciones perdidas consecutivas, el PP perdió la oportunidad de secar a Vox de forma casi definitiva. «Y eso era lo importante», señala otro barón. «El resto era predecible», añade.

Un tercer barón subraya que el PP vasco perdió «completamente» la oportunidad de secar a Vox y añade que el análisis final habrá que hacerlo después de las elecciones catalanas y europeas.

Porque si el partido de extrema derecha se hubiera quedado sin representación en el país de su líder, Santiago Abascal, habría llegado a los catalanes con un «doble cero». el de Galicia y el apellido País Vasco. Una tendencia difícil de superar.

Sin embargo, Vox resiste en lava con un escaño que le costó sólo 5.623 votos y el 3,7% de las papeletas en esta provincia. En toda la comunidad autónoma, el partido de Abascal logra el 2,03%, incluso bajo Podemos, pero el sistema especial de reparto de escaños en el País Vasco le favorece. 25 diputados están distribuidos en cada una de las tres provincias, a pesar de que Vizcaya concentra el 52% de la población; Guipúzcoa, 33%; y lava, 15%.

«Mal resultado para nosotros, sobre todo por culpa de Vox», analizó uno de los cerebros estratégicos del PP. «Vox no hizo campaña, y lo poco que hizo fue terrible. Que Vox ganara un escaño es muy malo para el PP. Es decepcionante», añade.

Que el PSE-EE de Eneko Andueza aumentara en dos escaños, de 10 a 12, forma también parte del contexto que explica el sabor agridulce de muchos dirigentes del PP. Porque en el cuartel popular No esperaban que los socialistas acabaran ocupando el último escaño en Guipúzcoa y Vizcaya.

En Génova creen que esto se debe a que el PSE y el PSC están mejorando a costa de peores resultados en el resto de España: «Sánchez está subiendo en Euskadi y Cataluña a cambio de derribo en el resto de España. No está surgiendo en «ningún otro lugar».

También hay quienes en las baronías ven todos los datos de las elecciones vascas con un pragmatismo a prueba de bombas. «Resultado sin importancia para todos. La vida sigue igual. Sánchez blanqueó a Bildu y se dieron cuenta demasiado tarde. En clave vasca es lo único. En clave nacional lo más importante es el catalán», resume un cuarto presidente autonómico arriba. del PP.

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