El País Vasco concluye su campaña electoral con un ‘photo Finish’ entre Bildu y un PNV crecido
Me gustaría que la campaña durara una semana más, admitió este jueves Andoni Ortuzar a las puertas de la sede del PNV en Lava. Ortuzar, sonriendo pero mordiéndose la lengua, miró hacia adelante y vio a la vicepresidenta y líder de Sumar, Yolanda Díaz, prácticamente corriendo a saludarlo. A él, al lehendakari Iigo Urkullu y al candidato Imanol Pradales. Abrazos, fotos y confianza en el tramo final de una extraña campaña en la que el PNV lucha por la victoria en unos 28 escaños con un EH Bildu menguante. El círculo virtuoso de la estrategia diseñada por Arnaldo Otegi se tambaleó cuando ETA entró en campaña. La sombra de la banda terrorista y la actitud institucional de Imanol Pradales ha puesto patas arriba la lucha electoral vasca en apenas 24 horas.
1.712.301 vascos residentes en los tres territorios históricos y otros 89.911 residentes fuera de España están llamados este domingo a determinar qué partido gana las elecciones vascas más reñidas de la historia. La jornada será despejada y fría con temperaturas de apenas 1 grado a primera hora de la mañana en Vitoria y ni siquiera en el litoral se superarán los 13 grados cuando, sobre las 14:00 horas, se conocerán los primeros datos de participación. Una participación que dará las primeras pistas sobre el muy ajustado resultado final que el Gobierno vasco tiene previsto anunciar a las 22.30 horas.
Sólo al final del recuento de los resultados de las 2.695 mesas se conocerá la identidad del ganador, porque la victoria en la asignación del escaño 25 será en cada una de las tres provincias. En las cocinas de los cuatro grandes partidos, los últimos datos sitúan a PNV y EH Bildu empatados a 28 escaños con una ligera ventaja del partido de Andoni Ortuzar, por delante en intención de voto. Si los socialistas vascos confirman los 10-11 escaños previstos por los últimos ‘trackings’, Imanol Pradales gobernará con mayoría absoluta (38 parlamentarios). Estimaciones que explican por qué Ortúzar quiso extender el juego de campaña más allá de los 90 minutos que concluye este viernes con las últimas reuniones electorales.
¿Por qué el veterano líder del PNV podría terminar su última campaña electoral con hambre de balón cuando el desastre era inminente en el equipo de campaña de Imanol Pradales el pasado lunes? Las declaraciones de Otxandiano sobre ETA en la SER y sobre todo su repercusión el pasado martes supusieron el punto de inflexión de la campaña, admiten fuentes del PSOE vasco. No pudimos contactar con la ciudadanía fuera de campaña y en Vizcaya fue imposible hasta que se guardó el disco y se pasó la resaca de la victoria del Athletic, señalan candidatos de las directivas de Imanol Pradales.
La negativa de Otxandiano, por segunda vez en apenas cuatro meses, a reconocer que ETA es una banda terrorista sacó de su letargo a miles de vascos, muchos de ellos entre los más de 300.000 electores que se declararon indecisos en las encuestas. La espuma electoral de EH Bildu, en palabras de uno de los sociólogos que trabajó intensamente en la campaña, empezó a calmarse mientras Pello Otxandiano aún no era consciente, como admitió en TeleBilbao, del alcance de su negativa a afrontar el terror a reconocer de violencia política de ETA tras 853 asesinatos. Bildu, con Otegi al mando, cerró filas y durante casi 48 horas aceptó el coste de ponerse en medio del objetivo de ETA. Las declaraciones de Otxandiano decepcionaron a los jóvenes que dudaban si debían votar o no, pero que si tenían a Bildu como preferencia, apunta el equipo de uno de los candidatos a lehendakari. Un segundo grupo de nuevos votantes de Bildu procedentes de Podemos también ha comenzado a abandonar la candidatura desde que las declaraciones de Otxandiano se vieron reforzadas por las quejas de las asociaciones de víctimas y de la propia portavoz del Gobierno, Pilar Alegra.
Bildu, según los datos que manejan los partidos vascos al cierre de esta edición, perdió 3 puntos de intención de voto y al menos dos escaños en cuatro días. El PNV, su rival en gobernabilidad en Euskadi, pero aliado en la puja por el nuevo estatuto, recupera votos y refuerza los 28 parlamentarios. Un gol al alcance de la mano que Sabin Etxea valora como un éxito. En 2020, consolidado con Urkullu y sin la crisis de salud pública vasca, el PNV obtuvo 31 escaños, pero tres de ellos supusieron el escaño parlamentario número 25 de cada provincia, que se obtiene por un puñado de votos.
Mientras Bildu soportaba el martes y miércoles el desgaste de sus vínculos con ETA, Pradales obraba el milagro de personalizar un sustituto de Urkullu que no había comparecido en la precampaña ni desde que comenzaron las concentraciones el 4 de abril. Tras ser atacado con gas pimienta cuando intervenía en el debate de candidatos en ETB2, Pradales -más clon de Urkullu que nunca- adelantó su toma de posesión como Lehendakari con una pregunta que repitió hasta ayer: ¿Quién quiere que gobierne este país en el los próximos cuatro años, señaló.
Miles de vascos, como la mitad de los presos de ETA detenidos en Zaballa, ya han votado. Javier García Gaztelu ‘Txapote’, protagonista en campañas anteriores, decidió recordar y no confiar en Otxandiano.