9 de diciembre de 2024

Los grandes fabricantes demandan a Mercadona o Carrefour por la retirada de sus productos e intensifican la guerra con la marca blanca: «Nos discriminan»

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«Es un placer volver a ver a amigos a los que hacía mucho tiempo que no veíamos». Este mensaje, que fue publicado en la red social el miércoles Carrefour FranciaAlexandre de Palmas, y acompañado de una foto del conductor sosteniendo una botella Pepsi delante de una cola de refrescos, poniendo fin al conflicto que abrió el grupo distribuidor con la multinacional norteamericana PepsiCo a principios de año, cuando la cadena de supermercados retiró sus productos de sus establecimientos ante el «inaceptable aumento de precios» del fabricante.

Este es solo un nuevo capítulo en la guerra pública de los últimos años entre fabricantes y distribuidores por la cuota de mercado, que ahora aumenta gracias a los datos. Según un informe de la consultora cantarLas seis grandes cadenas de supermercados que operan en España han reducido la variedad de marcas comerciales del fabricante en sus lineales entre 2018 y 2023, mientras cuentan con la presencia de productos de marca blanca del distribuidor en el mismo período.

El informe, presentado ayer en una jornada sobre consumo masivo organizada por la asociación de marcas fabricantes Promarca, revela que Mercadona es la cadena de supermercados que más ha recortado la oferta de marca en sus lineales, prácticamente el doble que la media, en concreto, un 45%. Detrás se encuentra Díacon el 42%, seguido por eroskien un 31%, y además, en Al campo (-23%), Carrefour (-20%) y Lidl (-14%). En total, 3.666 productos del fabricante desaparecieron de los lineales de estas seis firmas, mientras que se sumaron 1.818 artículos de alimentación e higiene de marca blanca.

Como resultado, según datos de Kantar, la cuota de mercado de las marcas blancas alcanza ahora el 44% del gasto en carritos de compra. En un contexto de inflación que ya dura más de dos años, los consumidores han cambiado sus hábitos y preferencias en busca de ahorro y la marca de distribuidor más barata ha sido la gran beneficiada. Según otro estudio de Brattle Group, la cuota de valor de la marca blanca alcanza el 74,5% Mercadona y hasta el 81,9% en Lidl, en comparación con el 24,3% en Al campo o 15,2% en El corte inglés, la cadena con menos marca blanca en sus lineales. Entre las tarifas más bajas, eroski (28,4%), Carrefour (31,4%) o Guardar mas (31,5%); y entre los más altos, Día (56,3%) o aldí (69,1%).

Durante la jornada se presentaron varios estudios para exponer la «política de discriminación» que, en opinión de los fabricantes, sigue las cadenas de distribución, de las que acusan «competencia desleal», tanto en el surtido como en los márgenes de beneficio que se aplican a los productos de marca de fabricante y de marca propia y que repercuten en el precio final que pagan los consumidores. El presidente de Promarca, Ignacio Larracoechea, afirma «igualdad de condiciones» y asegurar que «trato discriminatorio» Esto «destruye la innovación» y afecta al empleo generado por los fabricantes de primeras marcas.

Los supers se defienden

Las cadenas de supermercados evitan hablar públicamente de estas acusaciones, pero en privado denuncian duramente lo que consideran un «ataque injustificado» por parte de los fabricantes. Fuentes del sector prácticamente lo aseguran El 70% de las principales industrias alimentarias españolas producen marca blanca al mismo tiempo que sus propias marcas y por ello creen que este no es un debate entre fabricantes versus distribuidores, sino entre unos fabricantes versus otros.

Sobre el supuesto «discriminación de margen», advierte que el concepto en sí implica una intención de cambiar las reglas de la competencia. El argumento de los supermercados se basa en que los distribuidores tienen libertad para fijar precios y márgenes y, gracias a ello, compiten entre ellos y pueden ofrecer los mejores precios a los consumidores. “Si los fabricantes sugieren que se fijen los márgenes, sugieren Un mercado intervenido y anticompetitivo. lo que conducirá a un aumento de los precios que pagan los consumidores”, advierten.

Los supermercados también acusan a las grandes marcas de alimentación de intentar posicionarse en el mercado con precios elevados durante años y ahora pretenden achacar a la distribución la caída de sus volúmenes de ventas. “Aceptaron que estaban perdiendo participación de mercado frente a sus competidores para mantener su rentabilidad (y ganancias). «En estos tiempos de crisis y ahora pagan estudios para culpar a los distribuidores de su pérdida de mercado», denuncian. «Sus intereses comerciales no tienen nada que ver con el interés general de los consumidores», afirman.

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