Vingegaard, gravemente herido tras una caída en la Vuelta al País Vasco en la que también resultaron afectados Evenepoel y Roglic
El pelotón de Olaeta despreció la cuarta de Itzulia entre Etxarri Aranatz y Legutio, a falta de 36 kilómetros y algunos puertos de montaña, en persecución de los seis fugados del día, en el nerviosismo ante la decisión de la etapa. Una curva mortal, una trampa en la que todos los que lideraban el grupo caían uno a uno a gran velocidad. De repente, el drama. Una caída que, a falta de conocimiento de las consecuencias, cambia radicalmente el panorama del año ciclista.
Los heridos fueron amontonados en la fosa, imagen dantesca. Entre ellos, los favoritos. Lo más preocupante es que Jonás Vingegaard, inmóvil durante minutos, en posición fetal, abandonado en camilla, con un collarín, intubado, camino al hospital. También Remco Evenepoel, que lo hizo sobre su propio pie, con la clavícula afectada. Y Primoz Rogliccon moretones.
Luego, las alarmas y el caos en la prueba vasca. Los jueces decidieron neutralizar el escenario y esperar a que las ambulancias atiendan a los afectados, entre los que se encuentran, entre otros (al menos 12), Jay Vine, Cepeda, Sean Quinn, Natnael Tetfatsion…