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La Agencia Europea de Medicamentos ha confirmado que la vacuna AstraZeneca es segura y eficaz y que los beneficios que aporta superan claramente los riesgos potenciales. Esto plantea, por tanto, las dudas que surgen de la notificación de una treintena de casos de trombosis, algunos de ellos mortales, entre las personas que han recibido los 8,6 millones de dosis en la UE. Tras analizar los casos, la agencia recomienda continuar con la vacunación, algo que debe hacerse sin demora, ya que es una herramienta fundamental para frenar la pandemia.
Todos los medicamentos tienen efectos adversos. Su aprobación se basa en ensayos clínicos que permiten probarlos en decenas de miles de personas, pero puede haber consecuencias graves que son tan raras que solo ocurren cuando se administran millones. Lo que sucedió con esta vacuna no es diferente de lo que sucedió con otros medicamentos. Por eso es tan importante que los sistemas de supervisión farmacéutica funcionen bien. Y la primera conclusión de este episodio es que funcionaron a la perfección. Tan pronto como aparecieron los primeros casos, se activaron las alertas y la información fluyó de manera rápida y confiable, lo que fortalecería la confianza en las instituciones relevantes.
La seguridad total no existe. En esta vacuna, como en el resto de fármacos, es necesario sopesar riesgos y beneficios. La trombosis es muy común en la población general, y era importante determinar si la vacuna aumenta el riesgo de padecerla. La conclusión es que la administración de la vacuna no provoca un aumento de los casos esperados. Sin embargo, entre los efectos adversos informados se encuentran 11 eventos de trombosis profunda que también ocurrieron de manera extraña con una caída de las plaquetas. Los estudios que se han realizado no nos permiten concluir que no existe un vínculo causal entre la vacuna y esta forma rara de trombosis, por lo que los estudios deben continuar.
Pero incluso si se confirma el vínculo causal, no debería implicar necesariamente la retirada de la vacuna. Es fundamental tener en cuenta el peculiar equilibrio entre riesgos y beneficios en esta situación. El número de muertes y los trastornos económicos y sociales que producen las vacunas tienen un gran peso. En la semana en la que se produjeron los primeros casos de efectos adversos que llevaron a la vacunación preventiva de vacunación en 16 países de la UE, hubo jornadas en las que se superaron las 2500 muertes por covid-19. En España se han administrado 940.000 dosis y hay tres casos de trombosis en investigación, uno de los cuales es mortal. La desproporción de estas cifras plantea el dilema de si realmente era necesario suspender al gobierno. Hay fuertes argumentos para argumentar que no, pero si ayuda a impulsar la confianza del público, el breve descanso habría tenido un elemento positivo importante. Lo fundamental ahora es que las autoridades reanuden el proceso lo antes posible, como se ha decidido acertadamente en España; y que la ciudadanía mantenga la máxima confianza en los mecanismos de control e ignore dudas y rumores sin fundamento científico.