

Zinedine Zidane, a punto de cumplir 33 años, confesó así edad y fuerza. ‘La plenitud física termina a los 30. Para un jugador de fútbol, el rendimiento máximo es entre 25 y 30. La fatiga es física y mental. Tener más de 30 es como tener más de 40. Estos son obstáculos. Veo a mi hermano, que tiene 40 años, y lo pasó terrible. A los 30 pasa más o menos lo mismo, a otro nivel. De los 20 a los 30, la vida luce genial, todo está en su lugar. Quieres disfrutar, salir, aprovechar. Perfecto. Y estoy bien ahora, ¿verdad? Pero hay una cosa más “, advirtió en 2005. Una temporada después, anunció cansado y frustrado, no solo físicamente. “Cuando no pude ayudar al equipo, me sentí realmente mal. No me veo así, pero soy una persona muy complicada ”, revelaría más tarde sobre su final.
Las palabras del francés sobre su declive expresaron la tribulación de una estrella que asistió conscientemente al declive. Ahora, vistos desde la distancia, también revelan cómo ha cambiado la relación entre el deporte más exigente y la edad. En el vestuario de Valdebebas tiene varios ejemplos. Uno de ellos es Luka Modric, que insiste a sus 35 años y medio y demuestra que no es para retiros en desiertos de lujo. ‘Lo importante es lo que hace el jugador en el campo, no el pasaporte. Me siento bien y todavía quiero competir al más alto nivel ‘, afirmó tras eliminar al Atalanta, tres meses después de la expiración de un contrato cuya renovación ha progresado por una temporada más.
Su participación acaba de volver a ser crucial para alargar la vida europea del Real Madrid. En el entusiasmo y el conocimiento esclarecido de este treintañero, los blancos domesticaron a los italianos y le hicieron pagar sus errores de novato, como en el 1-0. El portero Sportiello resbaló y el croata aceptó con gusto. Hasta ahora ha llegado a imprenta. A pesar de su edad, Modric sigue recorriendo todos los rincones del campo, desde su área para llevar el balón al contrario para organizar maniobras ofensivas y atrapar lo que encuentra. Esta temporada cedió los mismos goles que Vinicius (cuatro goles y cinco asistencias), y más que Asensio (tres y dos) y Rodrygo (uno y siete), aunque este último venía de una lesión de dos meses.
En la pasada temporada y media, en medio de una decisión estratégica del club de renovar la vieja guardia, los balcánicos han visto en dos ocasiones su puesto amenazado por el emergente Valverde. Y de ambos hermanos salió el ganador. Hasta el encierro, Zidane alternaba los dos, en parte también para proteger la carrocería de Modric, pero tras el encierro y en el pique después de la coronaliga, el peso del croata aumentó (a partir de ocho de los nueve partidos disponibles) mientras que el fútbol uruguayo se diluyó. “Trabajé mucho, dos meses sin parar”, dijo joven “No hice las cosas como lo hacía un jugador del Real Madrid”, admitió el uruguayo.
De Old Trafford
Esta temporada ha sido suplente del grupo en sucesivas visitas a Gladbach, San Siro y Camp Nou, en un papel como un tumulto de los últimos tiempos, pero desde entonces nadie ha podido moverle. Modric ya suma los mismos minutos que el año pasado (2.617 frente a 2.631) y más títulos (30 a 28). De los últimos 29 partidos, solo ha estado ausente cuatro veces desde el inicio XI, y tres de ellos han sido el descanso. El último, el pasado sábado ante el Elche, cuando tuvo que marcharse cuando estaba a media hora de distancia con Kroos para arreglar el lío.
Sin más certezas que las de Benzema, el ataque del Madrid se explica en gran parte por el trío de toda la vida desde el centro del campo. Con Odegaard entregándose actualmente al Arsenal y perdiendo a Isco, no hay más competencia para los croatas, los alemanes y Casemiro que la fuerza de Valverde, y solo en los días de guerra, porque nadie en citas críticas discute que no. Santísima Trinidad.
El odómetro de Modric avanza sin que sus números sufran. En algunas secciones de ataque incluso mejora. Esta temporada supera su media en Madrid en porcentaje de regates acertados (72% frente a 66%) y en el último tercio del campo (83,99 frente a 82,96). Como su fútbol, ninguna de sus estadísticas cae. Tampoco en la selección, donde su dedicación permanece intacta casi tres años después del subcampeonato mundial, mientras que otros, como Ivan Rakitic, ya han cerrado la etapa.
El regreso de los octavos de final de la Champions League lo impulsó hace ocho años después de un comienzo pálido. Esa noche en Old Trafford ni siquiera fue el primer cambio ofensivo. Kaká sale frente a él. Pero un magnífico disparo sesgado salvó al Madrid ante el United y su vida en el Bernabéu empezó a cambiar para siempre. Camino de los 36 sigue siendo igualmente imprescindible. Los objetivos son los que consiguen personas como Modric.
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