
Debe ser claro y reconfortante tener creencias, muchas o pocas, aunque indestructibles, algo que te tranquilice, te dé fuerzas, te emocione hasta el último viaje al cementerio. Algunas creencias se desgastan o desaparecen, pero quienes necesitan respirar 13 veces por minuto encuentran nuevas creencias. John Lennon asegura en una útil canción que ya no cree en nada, incluidos los Beatles, excepto en su amada esposa, una dama que siempre me dio una lágrima, llamada Yoko Ono …
Inicia sesión para seguir leyendo
Con solo tener una cuenta, puedes leer este artículo, es gratis
Gracias por leer EL PAÍS