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El año de la pandemia debilitó las cuentas de la multinacional Basf en España, y la compañía prescribió una inversión de 60 millones de euros para volver a cobrar impulso en 2021. Las ventas se contrajeron un 15% en 2020, con una ralentización de 1.078 millones de euros, de los 1.268 millones alcanzados en 2019, y la compañía tuvo que aplicar ERTE a las plantas más afectadas por el descenso de la producción. La empresa alemana tiene seis centros productivos en España, donde dan empleo a 2.000 personas, y la recesión depende especialmente de la industria del automóvil, en el caso de la planta de Rubí, que produce poliuretanos para el interior de automóviles, y la de Marchamalo. (Guadalajara), dedicada a pintar y pintar.
Carles Navarro, director general de la compañía en España y Portugal, confirmó que las nubes habían desaparecido y que la caída se había visto amortiguada por los buenos resultados obtenidos por la compañía en otras actividades. Este es el caso del aumento de las ventas relacionadas con productos químicos para desinfectantes y detergentes, así como fungicidas y herbicidas de su portafolio de tratamientos agrícolas.
Durante la presentación de los resultados, Navarro definió 2020 como ‘un año complicado’, pero eso no impide que seamos ‘moderadamente optimistas de cara a 2021’. La inversión de 60 millones de euros que Basf anunció para este año es, según su consejero delegado, ‘una de las mayores inversiones que el grupo Basf ha realizado en España en su historia reciente’. “La inversión es el mayor indicador del compromiso de una empresa con el país en el que opera”, añadió, y anunció que España es un ‘mercado estratégico’ donde la empresa quiere ser ‘a largo plazo’. ‘
El complejo que Basf tiene en el parque petroquímico de Tarragona absorbe casi la mitad de todas las inversiones del grupo. El objetivo es aumentar la capacidad de producción de las plantas productoras de plástico y propileno para proporcionar industrias que produzcan productos finales, como detergentes, cosméticos, envases o fungicidas. El complejo de Basf en Tarragona está conectado a la fábrica de IQOXE que estalló en una violenta explosión el año pasado. Un accidente que se saldó con tres muertos y que supuso un ‘antes y un después’, en palabras de Navarro. La investigación judicial sigue abierta para esclarecer las causas. ‘Tienes que llegar al final de la pregunta para saber qué pasó. Necesitamos saber cuál fue el origen del siniestro ‘, afirma el director general de Basf, al tiempo que pide un compromiso con IQOXE por la confianza de los habitantes de la petroquímica poligonal.
La empresa alemana también ha anunciado que aumentará la plantilla que emplea este año punto de pivote Global de soluciones digitales desde Madrid. Actualmente se gestiona con un equipo de 115 personas que quieren duplicar hasta 250 profesionales. Con ello, este centro de trabajo se convertirá en el tercero más grande de España, solo por detrás de Tarragona y Guadalajara. Basf señala que algunos de los proyectos digitales diseñados en el centro de Madrid ya están en marcha en centros de producción de todo el mundo. Como el proyecto de proceso de automatización de procesos de Yard Management utilizando tecnologías industriales 4.0, implementado en China, Alemania, Bélgica y Tarragona, que digitaliza todo el proceso de movimiento de camiones dentro de un complejo industrial. De esta forma, es posible evitar retrasos en las líneas de camiones, digitalizar todas las imágenes e información, reducir el uso de papel y optimizar la relación entre transportista y empresa.