

El juez de la Caso de la neurona, Juan José Escalonilla, decidió archivar otra de las líneas de investigación abiertas en este macro caso contra Podemos y varios miembros de su dirección. El magistrado sacó a la luz la investigación sobre las supuestas ‘bonificaciones’ que, según la denuncia que dio lugar al proceso, imputarían a dos de los trabajadores del partido a través de complementos: Rocío Esther Val, gerente de la capacitación, y Daniel de Fruit, y tesorero. En auto emitido el 11 de marzo, al que tuvo acceso EL PAÍS, el instructor opina que no aprecia la presunta comisión de un delito de injusta administración: “Por cierto, no es posible establecer ninguna irregularidad a tomar”. enfatiza.
Esta decisión presupone el archivo de la quinta línea de investigación dentro del Caso de neurona –aunque uno de ellos fue reabierto por orden de la Audiencia Provincial – y contribuye a paliar el panorama judicial al que se enfrenta Podemos en la investigación, que se abrió en el verano de 2020, tras la denuncia de José Manuel Calvente, ex abogado del partido confrontado con el domo. Desde entonces, el partido ha estado insistiendo en su inocencia y asegurándose de que todas las acusaciones se basen en simples “rumores”. Además, el cofundador del partido y también el imputado, Juan Carlos Monedero, enmarcó esta investigación dentro de una ‘guerra legal’ contra la formación: ‘Esta acusación es muy injusta’, abandonó el lunes el juzgado tras declarar ante Escalonilla. .
La línea principal del caso macro se centra en la contratación de Neurona para las elecciones de abril de 2019 para tareas de consulta que, según el juez, presuntamente nunca se llevaron a cabo. El magistrado sostiene en esta etapa, única que apoya la investigación de la fiscalía, que hay indicios de que se produjeron contratos para pagar 363 000 euros a la empresa y así desviar el dinero. Por otro lado, podemos reiterar que el trabajo remunerado fue realizado y brindó videos e imágenes realizadas por los empleados de la sociedad mexicana.
Además de esta línea de investigación, la causa también tiene otras cinco consecuencias secundarias. Cuatro de ellos ya han sido cerrados por falta de pruebas: los relacionados con el presunto acceso no autorizado al disco duro de un trabajador; los contratos firmados con la consultora ABD Europa para las elecciones generales del 28 de abril de 2019; el supuesto sobrecoste en la reforma de la sede del partido; y las supuestas “bonificaciones”. Otro sigue abierto luego de que el juez inicialmente lo archivó y el juzgado provincial lo obligó a retomarlo: por un supuesto desvío de dinero del fondo solidario, un fondo al que los funcionarios públicos comparten parte de su salario donado con fines sociales.
Al mismo tiempo, el juez aprobó investigar por separado, en ‘proceso independiente’, otros tres hechos anunciados por la abogada Mónica Carmona, exjefa de Cumplimiento Normativo de Podemos, y también confrontados con la cúpula de la formación. Estas tres nuevas consecuencias, que serán llevadas a cabo por otros instructores, versan sobre el supuesto cobro por parte de Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno, de las costas del litigio donde fue defendido por abogados del partido; por el presunto uso como niñera por parte de una asesora por Irene Montero, Ministra de Igualdad; y por las presuntas donaciones irregulares de poder político a una entidad social ya la Fundación Instituto 25-M, vinculada a la formación y liderada por Monedero.