
Cientos de miles de años antes de que los humanos comenzaran a registrar los eventos meteorológicos, ya existían estaciones meteorológicas. Los sucesivos cambios climáticos experimentados por la Tierra quedaron atrapados en los corales, en los núcleos de hielo, en los sedimentos del mar y los lagos e incluso en los anillos de los árboles, pero la película más detallada de zonas como el sur de Europa es gota por gota registrada en las cuevas calcáreas. Los elementos del juego, es decir, las estalactitas y sobre todo las estalagmitas, dan testimonio de …
Inicia sesión para seguir leyendo
Con solo tener una cuenta, puedes leer este artículo, es gratis
Gracias por leer EL PAÍS