
Grandes empresas digitales han entrado irreparablemente en nuestros hogares para que el usuario pueda tener un pequeño esclavo digital en casa a través de parlantes inteligentes y asistentes domésticos controlados por voz. Aunque estos pequeños ayudantes ahora tienen la tarea de realizar tareas sencillas como encender y apagar las luces, enchufar la aspiradora, buscar información en Internet o reproducir música, trabajan las 24 horas del día. Tu precio, nuestra privacidad.
Estos servicios domésticos pagan el precio de una supervisión continua a través de enfrentamientos de escucha, que, como en ‘La vida de los demás’, están constantemente prestando atención a lo que se dice y se dice. La esposa Ben Zhao tuvo este sentimiento de sospecha cuando su esposo trajo a uno de estos asistentes a casa. Ambos son profesores de informática en la Universidad de Chicago.
Con la ayuda de otro maestro, Pedro Lopes, diseñaron un diseño portátil para eliminar con precisión el funcionamiento de todas estas delicias digitales contemporáneas. Esta pulsera está equipada con 24 parlantes que generan señales ultrasónicas que no son perceptibles para los humanos, suficiente ruido para engañar a Alexa y los oídos de otros asistentes. Un comportamiento seguro para la distopía.