
Benzema se va a LaLiga. Dos goles del galo impidieron un golpe del Madrid, que fue sometido a las pruebas iniciales de Zidane, que quiso poner a prueba a Ramos, Valverde e Isco, como un hígado aversión. Corrigió al técnico 0-1 y en la última división, Kroos, Modric y Rodrygo Benzema alimentaron una victoria aterradora ante un Elche resistente hasta la prórroga, solo para ser derrotado cuando la Real aceptó dejar LaLiga tras los católicos.
Todavía queda un campeonato para una Real que va con el anzuelo. Con tanta prisa que en los tres últimos partidos, ante Real Sociedad, Atlético de Madrid y Elche, ha marcado goles terminales, hasta el punto de que suena bien en los tres partidos.
El Madrid ortopédico que dispuso Zidane estuvo más pendiente del Atalanta que del Elche. Un equipo de juramentos, deshilachado, sin historia. Tarro puro, con la pértiga de Valverde e Isco de Modric y Kroos. Chato con sus tres intercambios, con Ramos de regreso. Todo un lío. Ideal para que Elche pase una primavera después de cenar en Di Stéfano hasta que el Real obtenga un glorioso sustituto.
Al parecer Zidane tenía más banquillo que equipo porque Isco no decía nada, muy poco Valverde, solo un paso de Vinicius. El partido detiene a Nacho, al que condujo el grupo Escribá. Un equipo, Elche, al que Elche llegó al partido. En otras palabras, listo para las tenazas defensivas. La realidad lo cambió.
El equipo de Elche era un Madrid de los más mundanos, pero se disfrutaba más con el balón de lo esperado. Viene a Valdebebas para echarse sobre las cuerdas y pronto se da cuenta de que no hay motivo para limitarlo a chapotear. Tras el reconocimiento inicial, el equipo alicantino empezó a rodar con el balón. El Madrid no intimidó, que tuvo horizontes en pocos contraataques, sobre todo en uno bien articulado por Vinicius y mal definido por Benzema. Ver para creer: Madrid, a su sol, contra Elche. Y como guardián del Elche, Edgar Badía, el portero que más interviene en LaLiga, hace una fiesta en Madrid ante un rival cansado. Antes, antes del descanso, tampoco contaba con avispas de Courtois, salvo un golpe para evitar un disparo de Carrillo. Nada más que destacar en el primer acto, todo un bostezo, para un sonrojo local y un visitante.
Otra cosa fue la actuación tras el armisticio. El Madrid estaba un poco más cutre. Al menos tenía un poco cerca de Badía. Ramos todavía exigía un penalti tras una pelea canaria con Marcone, mientras que Carrillo exigía un revés al capitán blanco en sentido contrario. De escaramuza en escaramuza, hasta un córner lanzado por Morente, Dani Calvo Varane asombró y persiguió al vagabundo, un excelente cabezazo que rebotó en el travesaño y cruzó la línea de meta por bastantes cuartos. Un terremoto en Valdebebas.
Con el 0-1, Zidane no se quedó atrás. Enseguida le pone la máscara a Ramos, Valverde e Isco, los que menos han filmado últimamente, y recluta a Rodrygo y a los de toda su vida (Modric y Kroos). Otro Madrid, sin tantos agujeros centrales, todos con el 4-3-3. El alemán y el croata son ellos mismos un equipo. Con ellos, Madrid se explica de otra manera. Con ellos, lo Verdadero tiene un significado. Elche se percató de ello, hundiéndose cada vez más por la agudeza de Kroos y Modric, por su capacidad para perfilar el juego e indicar la hora. Un centro de Modric con el pie izquierdo, algo endurecido, atrapó al visitante por detrás del infierno y Benzema derrotó a Badía de cabeza. Como en esta ocasión no había ningún grupo del Castilla en la grada, Zidane sacó a colación otra condena de la enfermería: Hazard.
Una buena causa
Elche solo limpió cuando el Madrid no tuvo nada que ver con el Madrid apolillado desde el principio. Rodrygo se unió con entusiasmo a las exploraciones de Modric y Kroos. Nada que ver con el caliente Rodrygo de otros días. Como lo demuestra 2-1. Kroos jugó aquí y allá, ileso porque el tiempo ya se había ralentizado en la prórroga, hasta que Rodrygo cortó un centro de Lucas Vázquez maravillosamente. Trenzado con Benzema, que se ha enfrentado en repetidas ocasiones con el brasileño, que ya ha mejorado su maravilloso primer toque. Un pecho de Rodrygo devolvió el balón a Benzema, que conectó una zurda condenatoria para Badía. El Real Madrid suspira tras una tarde tan agotadora.
Un buen gol para salvar un partido estrambótico durante una hora y dejar al Madrid con latidos en LaLiga. El fútbol no le distingue, pero Zidane tiene a todos los pretorianos menos a Carvajal. Solo cuando llegue la Copa de Europa y quién sabe si no habrá atajos para LaLiga.
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