

Cuando el mundo se paralizó el año pasado, los 1.000 empleados de la empresa de tecnología de Berlín Awin se fueron a casa, abrieron sus computadoras portátiles y comenzaron a trabajar desde la cocina o la sala de estar. Para reducir el estrés del teletrabajo, la gerencia despidió a sus empleados los viernes por la tarde, y el experimento fue tan exitoso (aumentaron las ventas, el compromiso del personal y la satisfacción del cliente) que la empresa decidió en enero de 2021 dar un paso más y una semana de cuatro días. almorzar. para todos, sin recortes salariales ni beneficios. “Creemos firmemente que los empleados felices, comprometidos y equilibrados hacen un trabajo mucho mejor”, dijo el director ejecutivo de la empresa, Adam Ross, en una entrevista con Bloomberg. “Encuentran formas de trabajar de forma más inteligente y son igual de productivos”.
Después de más de un mes de pruebas, la empresa de tecnología, una subsidiaria de Axel Springer, experimentó dificultades técnicas durante la reducción de la jornada laboral, como la coordinación de la nómina – el empleado es libre de elegir su viernes o en dos mitades para días divididos, pero Ross ya no puede imaginarlo regresando. Después de pasar seis años con un pie en Londres y un pie en Berlín, ahora disfruta de un día a la semana con un horario claro para poder pasar tiempo con su familia. Las empresas solían “tomar medidas para la salud física de las personas, pero nunca para su salud mental”, dijo el ejecutivo. “Veo que eso está cambiando, y queremos ser un auto para eso”.
La fórmula adoptada por esta firma alemana es todavía muy pequeña, pero en los últimos años ha ganado más adeptos, especialmente después de la pandemia, que aceleró la digitalización y el teletrabajo. El sitio web de ofertas de empleo ZipRecruiter informa que la cantidad de anuncios que mencionan una semana de cuatro días se ha triplicado en los últimos tres años.
Uno de los casos más destacados a nivel internacional fue la prueba que realizó Microsoft en su división japonesa el pasado mes de agosto, que recién comenzó a funcionar de lunes a jueves. Los resultados revolucionaron el sector y fueron noticia en numerosos titulares: la productividad aumentó un 40%. El trabajo diario se compactó para aprovechar mejor el tiempo, tal y como señala la empresa de tecnología, y pasaron de la comunicación por correo electrónico a un chat. Asimismo, las reuniones estuvieron sujetas a un límite de media hora y se limitaron a cinco personas.
Otro gigante que se unió al experimento fue Unilever, un fabricante de productos para el cuerpo. Desde diciembre, 81 empleados de la filial del grupo en Nueva Zelanda han trabajado 32 horas a la semana durante tres meses y, si la prueba funciona, tardará un año, podrían extrapolar el sistema a sus 155.000 empleados en todo el mundo. “Nuestro objetivo es medir el rendimiento en función de la producción, no del tiempo. Creemos que la antigua forma de trabajar está desactualizada y ya no es suficiente ”, dice Nick Bangs, director de Unilever Nueva Zelanda.
Se ampliará en España en 2021
En España, la empresa Software Delsol, ubicada en Jaén, fue pionera hace poco más de un año en recortar un día a la semana a la semana, y les siguieron otras empresas, como los restaurantes La Francachela en Madrid. Delsol asegura que el cambio fue ‘muy positivo’, tanto en la productividad como en la moral de los empleados, con una disminución del absentismo del 28% y un crecimiento de la facturación del 20%. Eso sí, explican que la jornada laboral diaria es de nueve horas, 36 a la semana.
La implantación a gran escala de esta fórmula en España puede tener lugar este año, ya que Más País y el gobierno han acordado financiar 50 millones de euros a las empresas que adopten esta medida, aunque la letra pequeña con el Ministerio de Industria, que estará con la fiesta de finales de marzo de la reunión de Íñigo Errejón.
Algunos empresarios han contactado rápidamente con los impulsores del programa, como Pilar Saiz, que regenta el Hotel Torrecedo de una estrella en Las Arenas (Asturias), junto a los Picos de Europa. “Nuestra filosofía es crear un ambiente agradable en el que las personas se sientan cómodas, felices y también podamos ganar dinero”, dice por teléfono. “Nos resulta difícil implementarlo, especialmente en el sector de la hostelería, pero queremos probarlo y el equipo, obviamente, está encantado”. A la espera de ser seleccionados, ya están calculando que tendrán que incluir ‘al menos una o dos personas’ en su plantilla de siete empleados para cubrir la reducción de horas trabajadas, a las que podrán pagar con la ayuda que por el ejecutivo.
Según el concepto del proyecto, la ayuda llegará a unas 200 empresas, “ni demasiado grandes ni demasiado pequeñas”, en palabras de Héctor Tejero, coordinador político de Más País, que excluye a las empresas con menos de 6 empleados (aunque es no es una cifra final) debido a la complejidad de adaptarse a menos turnos con tan pocos empleados.
La ayuda cubriría el 100% de la diferencia en el coste salarial por hora trabajada que tiene la empresa participante durante el primer año, el 50% durante el segundo y el 25% durante el tercer año, aunque Tejero añade que también estudian otras fórmulas, cómo sustituir la asistencia directa por asesoramiento a las empresas del proyecto. A cambio, las empresas se comprometerán a mantener o ampliar su personal y salarios.