31 de mayo de 2023

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El jefe de seguridad de BBVA no entrega los expedientes prometidos a la Fiscalía sobre el ‘caso Villarejo’ Economía

La fachada de la sede de BBVA, en una imagen de archivo.
La fachada de la sede de BBVA, en una imagen de archivo.Luis Sevillano

Sorpresa en la Audiencia Nacional. La jefa de seguridad física del BBVA, Inés Díaz Ochagavía, ha dimitido. La junta directiva del banco se declaró este viernes por segunda vez como imputado en la Caso Villarejo, pero no entregó los documentos inéditos que prometió el jueves a la fiscalía anticorrupción.

En su primera comparecencia, Díaz explicó que en 2018, el banco formó un grupo de trabajo que le pidió información sobre los contratos con el comisionado retirado José Manuel Villarejo, por lo que recaudó 10,28 millones. Trajo una serie de documentos que solicitó a su exjefe, Julio Corrochano, ex policía y también imputado en el caso, que entregó al BBVA, pero que no se incluyeron en el resumen. Por tal motivo, la directiva confirmó que los entregaría a la Fiscalía el viernes, ya que aparentemente no fueron publicados.

24 horas después, sin embargo, Díaz cambió de opinión. Al inicio de su declaración advirtió que solo respondería las preguntas de la Fiscalía y la del juez Manuel García-Castellón, y que por recomendación de su abogado, no presentaría la documentación que comentaba. Jueves, según han confirmado diversas fuentes de EL PAÍS que estuvieron presentes en el interrogatorio. El responsable de seguridad física de BBVA está acusado de los delitos de cohecho activo y descubrimiento y revelación de secretos.

Acto seguido intervino Jaime Alonso, abogado de Uría Menéndez y defensor de la entidad, imputado en este caso. Alonso dijo que el banco entregaría los documentos citados por Díaz, aunque ya fueron incluidos en el resumen.

Fuentes de BBVA confirmaron ayer por la tarde que el banco entregará un documento lo antes posible, con la información contenida en el expediente al que se refiere Inés Díaz Ochagavía, y también explicaron que esta documentación ya ha sido aportada al caso por la entidad. La carpeta se creó a raíz de una noticia aparecida en mayo de 2018 con el objetivo de recopilar documentación sobre el alquiler y los servicios prestados por Cenyt, nombre del caso Villarejo-BBVA, como entidad desde el inicio del caso ”.

Un misterioso cambio de posición

Diaz lo sabe Caso Villarejo, que también fue conocida en BBVA como la Operación trampa, porque lleva años en el departamento de seguridad de la empresa. Allí ya era la mano derecha de Corrochano. Por tal motivo, sorprendió entre los abogados presentes que este jueves confirmó que hay documentos que entregó al banco y que cree que no está en el resumen y que la entidad dijo un día después proporcionar. Si ese fuera el caso, Díaz podría contribuir a ellos sin dañarlo en su defensa. Pero no lo hizo.

También es extraño que se retirara por recomendación de su abogado, lo que indica que estos artículos aún no son notorios. Pero incluso en este estado no quería salvarlos. ‘¿Por qué crees que dolería entregarlos? ¿Qué contiene? Pregúntele a uno de los abogados del caso sin saber la respuesta.

La jefa de seguridad, que compareció ante el juez por primera vez el 5 de julio de 2019, ejerció su derecho a no declarar mientras el caso se mantenga en secreto, en julio de 2020 presentó una instrucción en la que presentó las conclusiones del peritaje de PwC. en el forense. El informe, encargado por la entidad e incluido en el caso, indicaba que se encargaba de la verificación y pago de 20 facturas a la empresa Villarejo por un total de 1,36 millones de euros.

En su comunicado de este jueves, Díaz -quien aún es alto directivo del banco y al igual que otros tres directivos investiga una doble situación que complica su defensa si cree que la entidad le atribuye acciones que no realizó- niega tener potestad para autorizar esos pagos y también para no verificar la ejecución de la obra contratada, y ha indicado que las funciones son responsabilidad de su exjefe, Julio Corrochano, quien a través de la investigación se ha identificado como el vínculo entre el banco y Villarejo.

Google Drive donde se almacena todo

Preguntado por la Fiscalía Anticorrupción, Díaz explicó que había creado un documento en Google Drive (un almacenamiento de archivos en la nube) en el que el banco comenzó a recopilar documentación sobre las órdenes al excomisario José Manuel Villarejo, que coincide con las primeras publicaciones de prensa. Según fuentes legales informadas por Efe, Díaz informó que fue el director de comunicaciones de BBVA, Paul Tobin, quien abrió la carpeta en la nube y que reconstruyó la relación con Villarejo desde el primer contrato para determinar si la acción era legal. .

Entre otros, se mencionaron los nombres de los constructores Luis Portillo y Fernando Martín, cuya situación de capacidad sería investigada. Díaz indicó que ella misma había dado acceso a esta carpeta a personas de su equipo, diciendo que no sabía si el entonces presidente de BBVA, Francisco González, o su número dos y su sucesor, Carlos Torres, estaban autorizados.

El autorizado, dijo Díaz, para ingresar al Drive fue el líder bancario del equipo de seguridad del banco, Nazario Campo, y el exdirector de servicios corporativos controvertidos Eduardo Ortega, con quien ella misma conversó a través de una reunión con su antecesor, Julio. Corrochano, en Cenyt. Ortega informó a Torres.

El jueves, Inés Díaz se distanció de las instrucciones del banco al excomisionado, diciendo que nunca autorizó ni verificó las facturas enviadas al grupo Cenyt, por ser este un aspecto que escapaba a sus competencias.

los Operación trampa Gira en torno a los supuestos servicios de espionaje a políticos, empresarios y periodistas que el banco había instruido al excomisario desde 2004, cuando la constructora Sacyr puso en marcha un movimiento para intentar hacerse con el control de la entidad, que finalmente fracasó.

Con el levantamiento del secreto sumario, el juez Manuel García-Castellón dictaminó que la obra que presuntamente encargó BBVA de la empresa Villarejo entre 2004 y 2017 fue una “injerencia reiterada” en los derechos de las personas “por el acceso a sus comunicaciones, seguimiento personal -up o acceso a su documentación bancaria ”. Argumentos que los fiscales adoptaron en su último informe.