1 de junio de 2023

Todo Noticias Online

Lo más interesante del momento

El camino del consenso | Opinión

Un ciclista repartidor de Glovo para la Carrera de San Jerónimo de Madrid.
Un ciclista repartidor de Glovo para la Carrera de San Jerónimo de Madrid.ULY MARTIN

En medio del tóxico escenario político español, el diálogo entre los agentes sociales y el Ministerio de Trabajo ha vuelto a demostrar que es posible otra forma mejor de abordar los problemas colectivos. El acuerdo alcanzado en este evento por el departamento que lidera Yolanda Díaz con los sindicatos y la patronal estipula que los distribuidores de plataformas digitales perciban salarios, acabando con el uso de falsos autónomos, y obliga a las empresas a brindar información sobre los algoritmos para brindar cuando un impacto en las condiciones laborales. Son siete acuerdos en poco más de un año, seis en una emergencia económica y de salud y en un escenario político de enfrentamiento extremo.

El alcance del acuerdo parece corto a primera vista. El uso de autónomos falsos no es la única preservación de las plataformas de entrega digital. Hay muchos otros sectores que aplican esta forma de fraude laboral, y debe abordarse de inmediato en la ley laboral del siglo XXI que el gobierno pretende ampliar en la segunda parte de la legislatura. En los últimos años, sin embargo, pocas empresas como estas plataformas han provocado tanta acción por parte de la Inspección de Trabajo y luego han mostrado tanta resistencia a aceptar las decisiones de las autoridades laborales y las sentencias de los jueces. El nuevo reglamento también utiliza la sentencia de la Corte Suprema de que el asunto ha sido resuelto en la corte para deshacer la confusión legal existente y dejar estas actitudes sin excusas.

El otro aspecto del acuerdo es más ambicioso. La regulación de las implicaciones laborales de los algoritmos ha sido demandada por instituciones como la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La decisión real que se aprueba da derecho a los representantes de los trabajadores de todas las empresas, no solo de las plataformas, a recibir información sobre el funcionamiento de los algoritmos que afectan las condiciones de trabajo. Este es un paso importante para eliminar la transparencia de las herramientas tecnológicas que están revolucionando la forma en que trabajamos.

Y a este punto se ha llegado con el diálogo social, como precisamente afirma la OIT. El camino fue difícil: cinco meses para acordar un reglamento de una página. En el raro clima político y social español, sin embargo, es un ejemplo. Todas las partes tuvieron la paciencia y la determinación para llegar al tratado. Los sindicatos y los empresarios dejan a los partidos españoles con algunas pruebas, pero apenas se ponen de acuerdo; Por su parte, el ministro Díaz demuestra que una izquierda al margen del PSOE en el espectro parlamentario puede ser responsable, eficaz y alejarse del maximalismo y la hipérbole que pesa el desempeño de tantos de sus compañeros de partido con graves perjuicios para España.

EDITORIAL | La excepción dañina Ayuso

El OB debe evitar ser arrastrado por la senda radical y aislada del líder madrileño