
Humo blanco a la sustancia política. El Gobierno aprobará mañana viernes, en Consejo Extraordinario de Ministros, el Real Decreto de Asistencia Directa a Empresas Prometido por el presidente Pedro Sánchez en el Congreso hace más de 15 días. Esa decisión se retrasó el pasado martes para acordar los bordes finales. El esquema final incluye tres fondos: un fondo de reestructuración de préstamos avalado por el ICO, que administrará el banco, y que recibirá 3 000 millones; un segundo para la recapitalización de empresas medianas por importe de 1000 millones a ser inyectado por la empresa estatal Cofides, y el tercero, el más polémico, que finalmente dará 7000 millones de euros para ayudar a las pymes y autónomos afectados es por después de la crisis relacionada con el gobierno, según explicaron fuentes del gobierno a EL PAÍS.
En definitiva serán las comunidades autónomas las que gestionen el dinero, una de las decisiones más polémicas del plan. Los Ministerios de Economía y Hacienda han insistido en que son gobiernos autónomos, frente a otra parte del gobierno que prefiere ser la agencia tributaria. Finalmente, Hacienda ejercerá el control sobre estas ayudas, que son finalistas: para pagar gastos fijos (como suministros y alquiler) o para reducir deudas (básicamente con proveedores).
Apoyo al sector turístico
Este paquete es fundamental ya que la economía española se detuvo en medio de la tercera ola de gobierno. El gobierno espera que la economía comience a mostrar signos de mejora durante la segunda mitad del año, pero el FMI, Bruselas, el BCE y el Banco de España vienen advirtiendo desde hace meses sobre una posible ola de suspensiones empresariales debido a la caída de los ingresos. aumento de la deuda y larga duración de la crisis. La dirección respondió a la primera ola con el escudo social, los expedientes de regulación laboral para preservar puestos de trabajo y las garantías y líneas de liquidez del ICO para salvar la estructura productiva. Pero un año después del primer estado de emergencia, el gobierno quería un estímulo adicional para evitar que miles de empresas cerraran a ciegas y no pudieran defenderse de la recuperación futura. Algunos ministros creen que España ya está atrasada: con la aprobación de Bruselas desde hace aproximadamente un mes, esquemas similares han estado operando en Alemania, Francia, Italia, Reino Unido o el vecino Portugal desde hace algún tiempo. Pero el plan del gobierno es dar aire a las empresas que están a la altura del agua.
Los sectores del turismo y la hostelería están recibiendo una especial atención: el Gobierno dedicará una partida específica a Baleares y Canarias, las dos comunidades más afectadas por las medidas restrictivas para aplanar la curva. El PIB balear cayó un 27% en 2020; la economía canaria, alrededor del 20%, según datos del Banco de España.
Economía y Finanzas querían las autonomías para administrar los fondos. Y eventualmente será así, aunque las fuentes consultadas señalan que la Agencia Tributaria jugará un papel en el control de los requisitos: para acceder a las ayudas hay que demostrar un descenso del 30% en la facturación respecto al periodo anterior a la pandemia, y los fondos que tienen que utilizar para cubrir gastos fijos o reducir deudas. Los diversos flancos del Gobierno finalmente encontraron una solución provisional que permitiría a las autonomías administrar el dinero (que teóricamente contiene información donde más se necesitan los fondos), mientras que Hacienda instituye el control para prevenir el fraude.
La obsesión del gobierno siempre ha sido evitar que las llamadas empresas zombies recauden esa ayuda y luego se retiren ciegamente, como ha sucedido en otros países. Sin embargo, organismos internacionales y la propia Comisión Europea han advertido que el riesgo de que las ayudas no sean aprobadas y que el cierre de empresas es mayor que ayudar a empresas zombis.
Las fuentes consultadas sostienen que las cifras están pactadas desde hace días. Economía y Finanzas explicó el miércoles que solo hubo problemas técnicos y niega diferencias significativas con otros ministerios. Finalmente, el plan continuará 17 días después del anuncio de Sánchez, y tras la reunión de un Consejo de Ministros extraordinario posterior al fin de semana no fue posible resolver las diferencias. El esquema fue presentado en la comisión de subsecretarios hace una semana, y recién al día siguiente se discutió en la comisión delegada de asuntos económicos, una desviación del procedimiento habitual. Pero apenas unas horas después del extraordinario consejo, llega la luz verde para la asistencia empresarial: 7.000 de los 11.000 millones del paquete (aproximadamente un punto del PIB) finalmente no serán reembolsables.