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Victoria Moreno es asistente de enfermería. Estuvo en la UCI del Hospital Gregorio Marañón de Madrid durante casi 16 años. El 4 de marzo de 2020 trató su primer caso de coronavirus y al día siguiente empezó a tener fiebre. Entonces, dice, “debo haber tratado a todas las demás personas infectadas sin saberlo”. Después de un mes y medio de aislamiento, está de vuelta en el trabajo, pero se siente extraña, se ahoga, pierde la voz, se desconocen los nombres de sus compañeros … Dio positivo nuevamente en mayo y nuevamente en aislamiento. Tenía la esperanza de que los síntomas desaparecieran cuando llegaran el verano y las vacaciones, pero en septiembre tuvo que volver a cerrar la sesión. Este es uno de los muchos afectados por lo que llaman covid persistente, como si el coronavirus todavía estuviera haciendo lo suyo. El 26 de enero, la vacunan casi a regañadientes y comienza a mejorar, ya no permanece ronca y la niebla mental ha disminuido. El 2 de marzo, tras la segunda dosis y casi un año de descanso, vuelve a su puesto. Este no es el único caso en el que la vacuna, además de prevenir la infección por coronavirus, también cura covides a largo plazo.
“Todavía tengo pensamientos extraños y feos, pero la mayoría de las sensaciones desaparecen”, dice Moreno. Entre las sensaciones se encuentran dolores musculares difusos y problemas de movilidad en sus manos que la obligaron a acudir a un fisioterapeuta. También pérdida de memoria y confusión mental. “Me estoy preparando para el examen de enfermería, pero mis propias notas eran ilegibles, faltan palabras, hay errores de sintaxis”. En el interior, “a veces siento que me apuñalan con bolígrafos y otros tipos de combustión interna”, dice. “Y apenas me despierto sin voz porque tenía helio”, refiriéndose a uno de los gases que afecta a las cuerdas vocales. ‘Después de la vacunación, todos los síntomas desaparecen. Puedo pensar antes de vacilar. Incluso sentí alegría y durante un año no supe qué era ‘, dice.
‘Después de la vacunación puedo pensar, antes de chocar. Incluso sentí una alegría y durante un año no supe qué era ‘
Victoria Moreno, Auxiliar de Enfermería con Persistente y Vacunada
El internista Francisco Tejerina comenzó a tratar a Moreno cuando regresaba de vacaciones, con todos los síntomas en su apogeo. También trabaja en el Gregorio Marañón. Como médico, ha atendido a muchos de sus colegas afectados por el SARS-CoV-2 desde el inicio de la pandemia. Como investigador, es un complemento del servicio de microbiología clínica y enfermedades infecciosas. Hizo investigaciones en el campo del VIH, pero como él mismo dice, “el coronavirus nos ha recuperado a todos”. Fue él quien le dijo a Moreno: “No tengo ningún tratamiento para ti excepto la vacuna”.
La idea de que una vacuna, además de proteger contra un virus, también cura la enfermedad o hace que sus síntomas desaparezcan no es nueva, pero es inusual. Pero hay muchas cosas inusuales en este coronavirus. Como Moreno, hay miles de infectados que, tras ser curados oficialmente, siguen enfermos. Esto puede ser negativo en la prueba de PCR o anticuerpos positivos. Las fotos de sus pulmones no indican nada inusual, aunque muchos tienen problemas respiratorios. O, como en el caso de Moreno, en analítica todo va bien a pesar de que casi todo va mal. No hay muchos estudios fiables, y las emergencias de la pandemia no se hacen, pero se estima que entre un 10% y un 20% de los que pasaron el covid continúan con la versión larga de la enfermedad.
Tejerina trata a colegas que han estado ausentes durante casi un año. “Es como si todo el mundo tuviera 80 años”, recuerda. La persistencia de los más diversos síntomas fue y es un misterio. Casi de forma predeterminada, lo probaron. ¿Qué tenía problemas respiratorios? “Bueno, una foto de sus pulmones, y no vimos nada”. Esto puede deberse a algún trastorno inmunológico. “Bueno, el análisis de su sistema inmunológico y no notamos nada especial”, dice. También observaron el virus fuera de los pulmones en pacientes hospitalizados y no en uno. “En serio, pero ya recuperándonos, vimos un pequeño porcentaje del virus en su sangre y heces”, agrega.
“Es como si todo el mundo tuviera 80 años”.
Francisco Tejerina, el médico que recomienda vacunar a Victoria Moreno
Es como si el virus utilizado como reservorio no lo esperara ni lo encontrara. Moreno, el paciente, lo expresa así: “Sentí que aún no me había limpiado del virus”. Tejerina, su médico, cree que “el virus se vuelve crónico y, como la hepatitis C, lo tienes por mucho más tiempo”. Como investigadora, Tejerina trae varios estudios que se están realizando actualmente con otro coronavirus, el SARS que provocó la epidemia de 2003. En ese momento, solo afectó a unos pocos países, particularmente a China, con Hong Kong y Canadá con un brote. en Toronto. Los estudios realizados años más tarde, incluso una década después, han demostrado que los pacientes que se recuperan continúan quejándose de dolor muscular, fatiga, trastornos del sueño o depresión. “Investigamos los medicamentos antivirales y luego llegaron las vacunas. Creemos que al administrarlo fortalece el sistema inmunológico y llega a donde estaba el virus ”, dice Tejerina. Pero, agrega, “solo un verdadero ensayo clínico” determinaría el valor curativo de las vacunas.
No hay estudios clínicos en curso que investiguen la asociación entre el pinchazo de la vacuna y la remisión de los síntomas en el covid persistente. El portavoz del covid de la Asociación Española de Médicos de Familia y Médicos de Familia (SEMG), Lorenzo Armenteros, conoce la existencia de casos como el de Moreno, pero ‘este es un dato muy informal que proviene de encuestas entre los afectados’, dice. Respecto al papel de la vacuna, Armenteros dice que una de las teorías indica que, al aumentar la inmunidad innata, ‘eliminará los remanentes del virus, pero no estamos seguros’. La SEMG lanzará una encuesta entre las personas con residentes de largo plazo vacunados dentro de unos días.
La coordinadora del colectivo madrileño Beatriz Fernández confirma la existencia de casos de mejora. Pero la muestra es necesariamente pequeña. En España, solo los mayores de 80 años y los trabajadores sanitarios se vacunaron con las dos dosis y ‘el perfil de los afectados es el de una población joven de entre 30 y 55 años’, ha recordado el portavoz APUESTA LongCovid, la plataforma que reúne a pacientes coviduales persistentes de toda España. “Exigimos que se investigue el papel curativo de las vacunas”, dijo. Y si es así, tenga en cuenta que la mayoría de ellos no son personal de salud social y que están “al final de la línea”.
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