

Este es el equilibrio con el que Isabel Díaz Ayuso concluye su paso por el Gobierno de la Comunidad de Madrid: la implantación de una universidad privada como única ley aprobada; Ningún proyecto de presupuesto presentado en la Asamblea … Y una reforma de la constitución destinada a facilitar los trámites a los constructores, y apelada en el tribunal constitucional entre acusaciones que fue aprobada sin el número mínimo de delegados que exige el reglamento. Ésta y mil una polémica: si algo distingue a Díaz Ayuso es su capacidad para marcar la agenda política con declaraciones hiperbólicas, críticas al gobierno de España y enfrentamientos públicos con su socio de gobierno, Ciudadanos, hasta ayer.
“No puedo permitir que el Madrid pierda su libertad”, dijo ayer el líder del PP para justificar su decisión de llamar a las urnas ante la posibilidad de que PSOE y Cs pudieran ser aliados en su contra. “Hoy disfrutamos de libertades y derechos que no están disponibles en toda España. Esta forma de vida madrileña es única ”, prosiguió. Y concluye: “Quiero que los madrileños sean ahora los que elijan entre el socialismo o la libertad”.
Fue la culminación de una estrategia que se diseñó cuidadosamente durante meses y que intenta instalar la idea de que el Madrid es diferente, que podría ponerlo en peligro y que necesita un líder para defenderlo. Es una forma de compensar la poca capacidad de acción que ha dado a luz un gobierno de origen minoritario, dependiendo de Vox para llevar a cabo cualquier iniciativa, y con un presidente que fue el primer candidato del PP en ganar las elecciones autonómicas de 19999. No perdieron un minuto para Díaz Ayuso.
La primera decisión de la presidenta de Madrid fue realizar un viaje oficial a Cataluña, comunidad que desde entonces ha visitado seis veces para enfrentarse al independentismo. Poco después recibió a Juan Guaidó, entonces presidente de Venezuela, con distinción como jefe de Estado, criticando a Pedro Sánchez por no recibirlo en La Moncloa. Finalmente, la llegada del coronavirus lo llevó a chocar repetidamente con el ejecutivo central e intensificar los desacuerdos previos sobre política fiscal, económica, educativa o internacional.
Estos tres capítulos, llenos de consecuencias, como la polémica construcción de un hospital especializado en pandemias, resumen una forma de ejercer el poder en la que las formas pueden ser más importantes que la sustancia, y lo que se dice que domina lo hecho palabra.
Consultado por Miguel Ángel Rodríguez, que fue secretario de Estado de Comunicaciones junto a José María Aznar, Díaz Ayuso encontró en Madrid el escaparate perfecto para avanzar las políticas del PP frente a las del PSOE. Y algo más: aquí reconocen que las fuentes de educación conservadoras son el trampolín perfecto para su salto a la política nacional. Pocas veces se ha visto una transformación similar en público, en directo y en tan poco tiempo: de un candidato completamente desconocido a un líder con reputación en toda España.
“Madrid ha vivido el momento más difícil de la democracia que se recuerde”, dijo este lunes, en referencia a una pandemia que se cobró al menos 20.000 vidas en la región. “Es hora de pensar en grande, olvidarnos de nosotros mismos y decidir qué es lo mejor para los ciudadanos”.
La aparición fue el primer capítulo de la campaña electoral. Nadie sabe cuál será el resultado el 4 de mayo, pero el presidente saliente tiene una ventaja. A pesar de que hay una crisis sin precedentes, todo apunta a que los partidos no centrarán su campaña en propuestas de cambio ni en el seguimiento de la gestión de la gestión saliente, sino en defender que Díaz Ayuso no volverá a subir al poder. Tu terreno favorito.