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Cuando Miguel regresó de Bolonia en 2001, nos dijo todo el tiempo cuando estábamos brindando wag negli occhi, y obedecimos y mantuvimos nuestros ojos en el otro hasta que terminamos la bebida. Hace unos días, cuando fue a cenar con Romi y Gabriela, volvió a repetirlo y le preguntó a Romi sobre el origen de la frase, algo que no hice en 20 años porque mi curiosidad es legendaria, propia de un periodista extraordinario. Miguel nos contó que le explicaron ese año en Bolonia que en la época medieval romana, cuando el veneno se guardaba en el anillo y lo habitual era ponerlo en el otro vaso …
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