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Aunque bares y restaurantes han podido reabrir en las últimas semanas, su situación dista mucho de ser la ideal para que estos negocios puedan hacer frente a la devastación económica de la pandemia. Los diversos controles del covid-19 fueron definitivos para muchas empresas, y los que sobrevivieron lo hicieron principalmente gracias a la suspensión de sus trabajadores por parte de la ERTE. Sin embargo, los que permanecieron en sus puestos, así como los que regresaron a su lugar de trabajo, vieron que la remuneración por sus operaciones en relación a la jornada laboral es ahora menor.
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Según datos presentados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con referencia al Índice de Coste Laboral Armonizado (ICLA) -que mide los costes laborales por hora trabajada y mantiene constante la estructura del gasto por rama- la caída de los costes salariales en el sector de la hostelería, fue superior en el cuarto trimestre de 2020 a la cantidad de horas trabajadas en este período: el resultado refleja una reducción salarial del 4% respecto al mismo ciclo de 2019. Es decir, aunque sus empleados trabajaron menos horas de lo habitual, cobraron menos por ellos que un año antes.
Las estadísticas de organismos públicos justifican esta caída de los salarios por el duro impacto del virus en la industria hotelera, que la califica como ‘una de las operaciones más afectadas’. El pasado mes de diciembre, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones anunció que 2020 había terminado con más de 755.000 trabajadores afectados por expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE), de los cuales más de 241.000 procedían del ramo de hostelería: uno de cada tres. Además, el sector cuantifica los 400.000 puestos de trabajo perdidos en el último año.
Crecimiento general
Sin embargo, la delicada y especial situación de la hostelería se aparta de las conclusiones de la tabla estadística del INE. Teniendo en cuenta el ICLA, el coste por hora trabajada – suma de todas las actividades operativas – aumentó un 3,1% en el cuarto trimestre de 2020 respecto al mismo periodo de 2019: aumenta el crecimiento en ocho décimas respecto a los resultados del tercero trimestre. . De esta forma, con el retroceso experimentado en el período comprendido entre octubre y diciembre, los costos laborales son diez trimestres en tasas anuales. Si también se eliminan los factores estacionales y de calendario, el porcentaje aumenta: el costo laboral por hora trabajada aumentó un 3,5% en el cuarto trimestre de 2020 con respecto a 2019, mejorando el crecimiento anual del 2,8% que había experimentado en el trimestre anterior. Con este resultado, ya son 14 trimestres con saldo positivo.
Dentro del costo por hora trabajada, el costo salarial ―el salario― aumentó un 2,3% con respecto al cuarto trimestre de 2019; Mientras que los costes laborales, que incluyen tanto el salario como el pago a la seguridad social, los seguros privados y otros gastos, excluidos los pagos extraordinarios y atrasos, lo hicieron en el último trimestre de 2020 un 3,6% interanual.
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