
La vida de Isabel Pantoja es una montaña rusa. Tiene reflejos que la llevan a estrellas de televisión y vertiginosos descensos al infierno de la prisión. Todo con un drama familiar permanente en primer plano y los tribunales de fondo, como un personaje secundario que se aferra a su papel y quiere situarse cíclicamente en el centro de los focos. Ahora ha vuelto el momento ya que la Fiscalía de Marbella le ha condenado a tres años de prisión y multado con más de 10.000 euros a la tonadillera por un presunto delito de insolvencia penal. El caso podría llevar a la artista a la cárcel, donde fue condenada por lavado de dinero durante un año y medio entre 2014 y 2016.
La Fiscalía de Málaga cree que Pantoja es un ‘contribuyente esencial’ a un delito de insolvencia penal, un delito económico que se produce cuando alguien debe una suma de dinero y decide dar una imagen falsa de su solvencia económica, perjudicando así al acreedor, junto con una empresario, quien según Europa Press es considerado el autor de los hechos. Data de la época en que la cantante contrajo una deuda relacionada con una de sus empresas en una de sus empresas en Marbella –Mis gitanos, que adquirió en 2004, de otra empresa. El administrador de este y Pantoja presuntamente acordaron evitar otros pagos pendientes y evitar la incautación de sus bienes, perjudicando a terceros.
La solicitud de tres años de prisión es solo una complicación más que Isabel Pantoja suma a todas las anteriores, sobre todo por la mala relación con su hijo, Kiko Rivera. Ambos son noticia diaria en la prensa social. Una historia familiar sin fondo con guiones inesperados en los que de vez en cuando aparecen nuevos problemas, casi siempre económicos: tesorería, presunto dinero en paraísos fiscales, gravámenes o una herencia que amenaza con crear una larga y complicada disputa en la familia. No cabe duda de que la cantante, que vive en Sevilla, es influyente. Ella y Kiko son los protagonistas de la polémica en curso donde hay un gran número de actores secundarios: desde los hermanos del artista -Agustín, Bernardo y Juan Antonio- hasta los de su hijo, Francisco, Cayetano e Isa Pantoja. Al fondo siempre está Julián Muñoz, ex pareja del artista.
La penúltima polémica nació a principios de febrero cuando Kiko Rivera – hijo de Isabel Pantoja y Francisco Rivera. PaquirriDijo a Telecinco que más de 2,6 millones de euros habían desaparecido de la herencia de su padre y que su madre estaba siendo investigada por Hacienda. “Mi madre me debe tres millones, pero no quiero verla en la cárcel”, dijo a la revista semanas antes. Conferencias. Su madre instó a sus representantes legales a que le respondieran. Así lo hizo el abogado Juan Fernández Ramos, quien lleva al frente de algunos de sus asuntos legales desde 2019, emitiendo un comunicado en el que destacó como ‘falsas todas las declaraciones sobre fondos o intereses en cualquier paraíso fiscal’.
También explicó que la venta de Mis gitanos —Se llevó a cabo en marzo de 2015 a un costo de dos millones de euros para un empresario británico que la demolió para construir una nueva casa, se hizo pagando toda la deuda que pesaba sobre ella. El texto también advirtió a Kiko Rivera que su madre no se iba a quedar callada, y reservó sus reservas: “las acciones en defensa de su honor y privacidad que le corresponden”. Al mismo tiempo, el DJ afirma que tenía problemas con las drogas y que estaba ‘mentalmente devastado’. “Todo lo que dije es verdad. Que estaba terriblemente decepcionado con mi familia, con mi madre, con mi tío … Terrible. Tengo mal humor, peleo con mi esposa, peleo con mis amigos, a veces no tengo ganas de hacer nada. Voy a tomar la decisión de dejarlo todo a un lado y concentrar mi energía en mi música “. en un video de Instagram.
Isabel Pantoja tiene un nuevo caso en Marbella, ciudad en la que se enamoró del entonces alcalde, Julián Muñoz, a principios del siglo XXI. Ambos vivieron juntos en Mis gitanos, la casa de la angustia que finalmente condujo a ambos a la prisión a raíz del caso en Malaya, (también Maite Zaldívar, la ex esposa de Muñoz). El vínculo sentimental duró seis años y se deterioró radicalmente como consecuencia del proceso judicial. En el verano de 2019, cuando Pantoja inició su etapa como superestrella de Mediaset con su participación en SupervivientesMuñoz aseguró que lamentó la relación. “Hacía calor”, confesó. “ Estaba envuelto en una nube y creía que era el príncipe Aladdin. Surgieron una serie de circunstancias y conduje por un camino sin retorno ”, asegura el ex alcalde. La misma que no deja de causarle problemas legales a la cantante.