29 de septiembre de 2023

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¿Está Madrid llena de turistas franceses? Las estadísticas oficiales dicen que no hay economía

Un pasajero camina por el aeropuerto de Barajas en Madrid el 3 de febrero.
Un pasajero camina por el aeropuerto de Barajas en Madrid el 3 de febrero.Emilio Naranjo / EFE

Durante las últimas semanas, Madrid ha estado en el ojo del huracán al convertirse en el destino al que los franceses huyen para festejar, en ocasiones con tertulias ilegales. Una especie de lugar sin ley para quienes buscan escapar de las duras restricciones en su país contra el coronavirus: en la capital española encuentran libertad, hospitalidad abierta y la posibilidad de ir de fiesta, a pesar del gobierno. Sin embargo, el dato de enero publicado por el INE desmiente el mayor: los franceses viajaron a España por placer, eso sí, pero sobre todo no a Madrid. Los destinos preferidos fueron Cataluña y la Comunidad Valenciana (un tercio del total entre las dos), mientras que la Comunidad acogió a Madrid solo el 5,5% de los que llegaron por turismo.

En el primer mes del año llegaron 117.625 turistas franceses concretamente a España, según las estadísticas de Frontur solo 72.513 por ocio y turismo. De ellos, 13.565 fueron a Cataluña -a pesar de las severas restricciones impuestas por el gobierno y su restauración- 11.116 a la Comunidad Valenciana, 8.416 a Canarias, 6.847 al País Vasco, 6.390 a Castilla y León, 5.647 a Andalucía. .. Y sólo más tarde, como séptima opción, está la Comunidad de Madrid, donde 4.022 franceses viajaron por ocio.

Aunque aún se desconocen las cifras de febrero y no se especifica la edad de los viajeros a cada destino, los datos no avalan las historias de un nuevo movimiento madrileño del francés de bar en bar y de fiesta en fiesta clandestina. Si esto sucediera, las posibilidades eran mayores en lugares de Cataluña o de la comunidad valenciana, por ejemplo, que triplicaba el número de viajeros del país francés. Pero prefieren regiones menos turísticas como el País Vasco o Castilla y León a Madrid, en parte por sus destinos fuera de las grandes ciudades, lejos de las luces y cerca de la naturaleza. Por supuesto, no es posible caer en la generalización: no todos los franceses que llegaron a España querían ir de fiesta.

Esta idea de Madrid como lugar de fiesta para los residentes en Francia ha llegado incluso al debate político, en el que se acusa a la Comunidad de permitir estos excesos con sus medidas más laxas para controlar la tercera ola de contagios de COVID, frente a la dura restricciones de otras autonomías o de la propia Francia durante meses. Sobre todo con los pubs y restaurantes del país vecino que están bien cerrados y con la entrada de la campana de la tarde, se especula sobre la tentación de muchos jóvenes de huir temporalmente a la capital de España en busca de algo parecido al turismo de borrachos. Una sospecha que encaja a la perfección con unas imágenes de fiestas desmanteladas por la policía en las que participó un ciudadano francés.

La mayoría, sin PCR obligatoria

Sin embargo, las cifras de cómo los turistas que siguen llegando a España por ocio no están confirmadas que Madrid esté en el centro de la brecha en tiempos de coronavirus. Tampoco si se analiza la caída de visitantes por autonomía, porque la comunidad es la que más viajeros franceses ha perdido (-90%), muy por encima de la media del conjunto del país (-79%). Entre los que menos turistas franceses perdieron en enero destacan Baleares (-51%) y la Comunidad Valenciana (-72%).

Aunque contradictorio, todo ocurrió mientras la mayoría de las comunidades autónomas españolas eran perimetrales. Es decir, no permitían la llegada de personas de otras regiones si no era por trabajo o una causa justa, sino para que viajaran extranjeros. ¿La razón? Las restricciones a la movilidad después del verano no las impone el gobierno central, que ha delegado esta capacidad a las autonomías. Y puede evitar los movimientos entre áreas, pero no prohibir el acceso a los viajeros europeos. En ese caso, habría sido España la que notificó el cierre de las fronteras, extremo que no se produjo, salvo la restricción de viajes no imprescindibles desde Reino Unido -que está en vigor desde el 21 de diciembre- y desde terceros países de fuera del país. UE.

Con este espacio abierto para la relajación de los europeos, había, después de todo, ciertas restricciones. Los turistas que llegaban en avión o en barco, por ejemplo, tenían que presentar un PCR negativo. Lo mismo que por ejemplo de la Península a Canarias. Sin embargo, esta exigencia oscurece algunos matices que permitían a la mayoría de los franceses que llegaban por turismo saltarse después de la corrida: los que viajaban por carretera no estaban obligados a ofrecer un PCR ni ninguna otra prueba que confirmara que está libre de COVID.

De hecho, de los 72.513 viajeros franceses que llegaron a España por ocio, tres de cada cuatro lo hicieron por carretera (54.361 personas). Y en su reparto según autonomías destaca el más cercano a la frontera: 11.048 viajeros llegaron en coche a Cataluña, 9.202 a la Comunidad Valenciana y 6.847 al País Vasco. Incluso Castilla y León (6.111) y Andalucía (4.604) recibieron más viajeros por país del país vecino que la Comunidad de Madrid (1.340). Es decir, reciben más turistas franceses y con menos control sanitario que la capital, aunque esta es la que está en el foco de las fiestas ilegales.