

No hubo sorpresas y el Parlamento Europeo levantó este martes la inmunidad de la que gozan como diputados. ex presidente Carles Puigdemont y el exconsejeros Toni Comín y Clara Ponsatí. La votación vuelve a abrir la puerta para que Puigdemont sea entregado a España para juicio y malversación. La decisión está en manos de Bélgica, pero el Tribunal Supremo pidió este martes la implicación de la justicia europea por miedo a que los belgas se negaran a entregar al expresidente catalán con los mismos argumentos que ya había utilizado para entregar al exconsejero. Lluís Puig.
La decisión del Parlamento Europeo de levantar la inmunidad de Puigdemont, Comín y Ponsatí es el primer paso para exponer un proceso que lleva más de un año paralizado: desde el Parlamento Europeo, los tres líderes independentistas del ordenamiento jurídico español. Asistió a las elecciones europeas el 25 de mayo de 2019.
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Pero la retirada de la inmunidad, por tratarse de un trámite engorroso, fue la fase más sencilla del camino que ha tenido que recorrer el Poder Judicial español para que Bélgica entregue al expresidente catalán y a los dos exconsejeros, que el Tribunal Supremo pretende hacer juez por sedición. y eclipse. Era obvio que el Parlamento Europeo daría permiso para actuar contra ellos. A favor del levantamiento de la inmunidad de Puigdemont votaron 400 diputados, frente a 248 que se opusieron y 45 abstenciones. En el caso de Comín y Ponsatí, hubo 404 votos a favor, 247 en contra y 42 abstenciones.
En adelante comienza una nueva etapa con más incertidumbres que certezas, y el camino se vuelve menos seguro para el propósito perseguido por el Altísimo. La decisión de entregar Puigdemont está en manos del Poder Judicial belga, que tiene que reactivar las Euroordenes porque está congelada desde que los líderes independentistas se blindaron como diputados. Bélgica puede reanudar la tramitación de estas órdenes en euros de oficio, pero el investigador del caso del tu procesas En el Tribunal Supremo, el magistrado Pablo Llarena tiene previsto exigir oficialmente la reactivación en cuanto se le notifique el voto del Parlamento Europeo.
Los precedentes de Bélgica para aceptar la ex presidente Esto no es favorable al Tribunal Supremo, porque la interpretación del derecho europeo que aplica el Poder Judicial belga en la mayoría de las decisiones que tuvo que tomar sobre los líderes secesionistas difiere de la que tomó España. El último ejemplo, la negativa a entregar al exconsejero Lluís Puig, ha levantado todas las alarmas en el Tribunal Supremo y ha llevado a Llarena a solicitar la intervención del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
Pregunta preliminar
Horas después de conocer el resultado de la votación del Parlamento Europeo, Llarena planteó una pregunta preliminar al Tribunal Europeo para plantear una serie de dudas sobre cómo debe interpretarse el Derecho comunitario en este caso. El objetivo final del magistrado español es obtener respuestas que le ayuden a determinar sus próximos pasos, pero también rechazar las posibilidades de que Bélgica rechace las órdenes de la Eurocopa contra Puigdemont, Comín y Ponsatí.
El Poder Judicial belga basa el rechazo de la entrega de Puig fundamentalmente en dos argumentos: que el Tribunal Supremo no era competente para exigir la entrega y juzgar a un exconsejero catalán, pero que debía hacerlo un juzgado comunitario; y que no existían garantías de que el Tribunal Supremo español respetaría los derechos fundamentales – incluida la presunción de inocencia – de los líderes independientes. Llarena no está de acuerdo con ambos, pero en la carta de 44 páginas que envió al TJUE, se detiene con especial énfasis en defender su poder para actuar contra Puigdemont, un poder ya ejercido por el propio Tribunal Supremo. Y el Tribunal Constitucional fue analizado y avalado. . “No se confía en el sistema penal y procesal de otro Estado si lo primero que prevé el Estado ejecutor es cuestionar su facultad de emitir un instrumento de cooperación basado precisamente en la confianza y la cooperación mutuas, dice Llarena, lamentando que, con esta actitud, “el principio de confianza en los sistemas de los Estados de la Unión y de reconocimiento mutuo de sus decisiones se traslada a un principio de desconfianza”.
El instructor plantea nueve preguntas concretas al TJUE, entre las que se encuentran varias destinadas a explicar si el fallo judicial sobre la decisión del euro (en este caso el belga) puede “valorar la competencia del tribunal que la emite” y controlar “(el Tribunal Supremo español ). Llarena también cree que no existen razones ‘objetivas’ para sugerir que España pueda violar los derechos fundamentales de los líderes secesionistas y pregunta al TJUE sobre los alcances del informe elaborado por el grupo de trabajo sobre detención arbitraria que advirtió sobre esta posibilidad. El instructor cree que las conclusiones de este grupo (“que no se crea bajo ningún tratado internacional”) son válidas como argumento definitivo para rechazar la rendición de los políticos fugitivos.
Esperar
Una vez que se haya enviado la decisión prejudicial y una vez que se hayan reactivado las Euroórdenes, el Tribunal Supremo seguirá en principio esperando lo que decida el juez belga. Fuentes jurídicas señalan que las cuestiones planteadas por Llarena no obligan a Bélgica a suspender la tramitación de las órdenes, aunque tendría sentido hacerlo en caso de que las respuestas del TJUE le obliguen a modificar alguno de sus argumentos.
Si Bélgica sigue sin esperar al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y niega la entrega del expresidente y exconsejeros, Llarena tendría la opción de lanzar una nueva Euroorden cuando la UE responda si sus respuestas son favorables a la disertación. Magistrado español. El instructor de la causa de tu procesas Ya se está preparando para esta posibilidad en la última pregunta de la carta enviada el martes, en la que se cuestiona al tribunal si la ley europea la emisión de una nueva orden en euros contra la misma persona y ante el mismo país que ya ha rechazado, protegerá . uno anterior.
El fin de la inmunidad europea de Puigdemont provocó reacciones encontradas en la política española. El más poderoso fue el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que culpó al PSOE de su voto a favor de levantar el escudo de los parlamentarios. “Si continúan así, eventualmente lo celebrarán en casa, y no en Moncloa”, advirtió. La portavoz socialista, Adriana Lastra, intentó sacar el hierro del aviso de ERC y lo interpretó en clave catalana tras las elecciones por el ‘momento complicado’ de las negociaciones para la formación del gobierno. PP y Ciudadanos celebran la resolución del Parlamento Europeo pidiendo que Podemos Unidos vote en contra.