29 de septiembre de 2023

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Medio millón de personas llegaron a Caritas por primera vez o después de mucho tiempo debido a la pandemia | Sociedad

La pandemia de coronavirus se ha convertido en una crisis ‘sin precedentes’ que ha exacerbado las ya importantes desigualdades sociales en España. Este es el diagnóstico de Cáritas Española, que presentó este martes un informe sobre su actuación desde marzo de 2020. Cerca de 500.000 personas acudieron a la organización por primera vez, o volvieron a hacerlo después de mucho tiempo sin necesitarla. De hecho, una de cada tres personas atendidas por la entidad se encontraba en esta situación. Como resultado, la demanda de ayudas ha aumentado un 57% y se ha triplicado en determinados períodos o lugares. Uno de cada tres solicitantes que recibieron ayuda de la organización se encontraba en esta situación.

La vida de Andrés Mendoza y su familia ha cambiado radicalmente en los últimos meses. Este hombre de 49 años trabajaba como guardia de seguridad y su pareja era monitor de transporte de discapacitados en Madrid. Vivían sin grandes riquezas y soportaban los gastos con valentía. Sin embargo, el coronavirus lo distorsionó todo. La empresa para la que trabajaba la puso en ERTE en marzo del año pasado, un beneficio que aún no había recibido, y la familia perdió una parte significativa de los ingresos que recibían. Mendoza cobra 500 euros al mes por un trabajo a tiempo parcial, pero dice que es imposible vivir con esa cantidad. Aún más para mantener a sus cuatro hijos. Este padre fue a Caritas por primera vez en junio. “Nunca pensé que tendría que pedir ayuda, fue bastante difícil”, dice Mendoza, quien recibe una comida para cada miembro de la familia todos los días.

Las 70 delegaciones de la organización en todo el país brindan asistencia con necesidades básicas, como alimentación o alojamiento, y asesoría legal. Cáritas aún no cuenta con el número total de personas atendidas desde el inicio de la pandemia, pero estima que superará los 2,4 millones a los que asistió en 2019. De lo que no duda es de los crueles ingresos que provocó la pandemia. Así lo confirma este informe del Observatorio de la Realidad Social. Cerca de 258 000 personas acompañadas de esta organización viven en casas sin dinero, 75 000 más que antes del inicio de la pandemia. Raúl Flores, coordinador del equipo de estudio de la entidad, señaló durante la presentación del martes que más de la mitad de las personas que quieren trabajar no encontrarán trabajo. “En un sistema social donde muchas de las opciones de integración funcionan bien, es el derecho que se le está quitando a esta gente”, dijo Flores.

Estas barreras al trabajo hacen que más de 825.000 personas acompañadas por Cáritas se encuentren en situación de pobreza extrema, es decir, con unos ingresos de menos de 370 euros mensuales para un solo hogar o 776 euros para familias formadas por dos adultos y dos niños. Además, unas 700.000 personas no pueden afrontar el costo de los suministros domésticos, es decir, no pueden calentarse adecuadamente ni encender la luz cuando la necesitan. La casa de Mendoza no tiene calefacción y este padre prefiere pagar la luz y el gas. Pero cubrir todos los gastos se ha convertido en una tarea imposible. La familia no puede permitirse pagar el piso en el que vive, cuyo alquiler es de 550 euros al mes. “Hace dos meses, recibimos una orden de desalojo”, dijo Mendoza. “Aumentará la pobreza y la exclusión social, dependerá de cuántos mecanismos de protección familiar se pongan en marcha”, explicó Flores.

Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas, señala que este crecimiento de las necesidades se produjo en un momento en el que aún no se había superado la crisis de 2008. “Nos encontramos en un mercado laboral frágil e inseguro, con acceso a la vivienda complicado para personas de bajos ingresos y con un modelo de sociedad donde la vulnerabilidad se extiende a un alto porcentaje de ciudadanos”, dijo Peiro. El 18,4% de la población en España (8,5 millones de personas) se encontraba en situación de exclusión social antes de la pandemia, según datos del VIII informe Foessa 2019, concepto que incluye 35 variables como renta, salud, educación o considerar el acceso. a la vivienda. De ellos, más de cuatro millones se encontraban en situación de grave exclusión social. “En este contexto, se está declarando la pandemia, cuyas consecuencias fueron particularmente graves para quienes ya se encontraban en situación de vulnerabilidad, y que generó un aumento de la brecha social”, dijo Flores.

El problema es que la ayuda no aparece. Mendoza solicitó en agosto del año pasado el ingreso mínimo vital para abrir una nueva ventana de ingresos. “Todavía no me han respondido”, se lamenta. El 96,4% de las familias atendidas por Cáritas no percibían el ingreso vital mínimo y el 12,8% se les negó. La falta de información también fue generalizada: el 67% dijo no tener suficiente información para procesarla. Además, cuatro de cada diez familias que reciben asistencia local dejaron de recibirla. Para Flores, este dato refleja una situación que está ‘muy alejada de una realidad aceptable’. “Para las economías ya maltrechas de las familias, el tsunami que paralizó la economía y las consecuencias de su ola sostenida están demorando demasiado. “Algunas reparaciones fueron sólo un espejismo”, dijo.

Personas sin hogar, soledad y brecha digital

La organización de la Iglesia Católica también enfatizó la realidad de las personas sin hogar, sin espacio para aislarse durante el encarcelamiento y sin la posibilidad de mantener la higiene. “Al dormir en la calle o permanecer en situaciones temporales o de emergencia, las personas sin hogar, una población que ya se encuentra en alto riesgo médico, están expuestas a un alto riesgo de transmitir el virus”, señaló Peiro. Si Cáritas gestionó 5.000 espacios de entretenimiento durante 2019 y acompañó a más de 35.000 personas en esta situación, en los últimos meses se han creado 13 nuevos centros y más de 1.400 nuevos espacios auxiliares.

Peiro también hizo hincapié en la soledad que la pandemia ha infligido a los ancianos. La organización ha atendido a 11.000 personas mayores desde marzo del año pasado, en comparación con los 7.000 que asistieron en 2019. “La vulnerabilidad social mostrada en esta crisis también subraya los escasos recursos que existen para promover el cuidado en los hogares”, señaló. general de Cáritas. Además, el hecho de que no pertenezca a la comunidad virtual socava la igualdad de oportunidades en un contexto de teletrabajo y educación en línea. Más de la mitad (52%) de las familias acompañadas de Cáritas se encuentran en estado de eclipse tecnológico, ya que no cuentan con conexión ilimitada, dispositivo o habilidades suficientes para desenvolverse en internet. Como resultado, más del 60% de los hogares en los que hay al menos un menor han tenido dificultades para completar el curso.

Caritas también informó sobre el destino de los 65 millones de euros aportados por 70.666 donantes desde el inicio de la pandemia durante la campaña. ‘Cáritas ante el coronavirus”. Hasta la fecha, la organización ha destinado 41 millones de euros a primeros auxilios, 3,3 millones a niños vulnerables y casi un millón a equipos de salud y protección. Además, con 2,5 millones de euros, Caritas apoyó un total de 65 proyectos de respuesta a los efectos de la pandemia en países empobrecidos.